No hay nada más frustrante que avanzar en las distintas fases de un proceso de selección y caer en la entrevista final. Como es sabido por todos, no existe una forma de garantizar el éxito en este tipo de pruebas. Sin embargo, hay pequeños “trucos” que se adquieren con la experiencia, y que pueden suponer la diferencia entre caer o conseguir ese ansiado puesto que tanto tiempo llevas buscando.
Infórmate sobre la empresa o despacho.
¿Quiénes son? ¿Cuál es su especialidad? ¿Qué situación presentan? Lo normal es que, antes de hacer una entrevista, te avisen con al menos un par de días de antelación. No los desaproveches. Usa ese tiempo para informarte al máximo. Investiga cuales son los puntos fuertes de la empresa, noticias recientes en las que figuren, logros que hayan conseguido, etc. Toda información es poco. Demuestra que te interesa formar parte del equipo y que conoces el lugar al que aspiras entrar.
Salvo contadas excepciones, lo normal es que te informen de quién será la persona que te hará la entrevista. Aprovecha para buscarla en LinkedIn y descubrir que cosas son de su interés, puesto que pueden salir a la luz en la entrevista.
Practicar siempre es una buena opción.
Puede dar vergüenza, pero practicar la entrevista con algún amigo o conocido es una forma perfecta de ponerte en situación. Siempre hay preguntas modelo que suelen estar presentes en todas las entrevistas. Preparar esas preguntas evitará que dudes en exceso durante la entrevista real. No te agobies pensando en posibles preguntas que no has practicado o que no se te han ocurrido. Es imposible predecir todas las preguntas que te harán. Simplemente, trata de ser lo más natural en tu respuesta.
Al terminar el ensayo, pide siempre a tu amigo o conocido un feedback sobre como ha ido la prueba. Cualquier critica debe ser siempre constructiva y encaminada a que lo hagas mejor durante la entrevista real.
Sé tú mismo.
Parece algo obvio, pero no lo es. Muchas personas se esfuerzan en mostrar una personalidad distinta y adornada, algo que siempre es contraproducente. Es imposible saber el perfil de candidato que están buscando los responsables de la empresa, con lo que es absurdo intentar aparentar aquello que no eres. Durante el transcurso de la entrevista te preguntarán por tus aficiones, tus gustos, repasarán tu vida académica de los últimos años, e incluso, en ocasiones, te pedirán que te des tu opinión sobre algún tema de actualidad. Intentar aparentar lo que no eres, mentir e inventarte las respuestas nunca es buena opción.
Si al contar tus aficiones has mencionado el cine o la lectura, es posible que quieran saber más y te pregunten por la última película que has visto o el último libro que has leído. Si has mentido en tus aficiones es posible que te bloquees y debas pensar demasiado una respuesta que debería ser sencilla y natural si de verdad te gusta el cine o la lectura. Si el entrevistador detecta que le estas mintiendo, conseguir el empleo será casi un milagro.
Prepárate algunas preguntas.
Es muy común que, al final de la entrevista, te inviten a formular alguna pregunta al entrevistador. Puede parecer que la entrevista ya ha terminado y que es simplemente un gesto de amabilidad contigo, pero nada más lejos de la realidad. Un entrevistador valora mucho que un candidato formule preguntas interesantes y que te distingan del resto.
Si la entrevista ha sido de carácter personal (sin preguntas técnicas), puede quedar extraño que sea el candidato quien formule preguntas técnicas al entrevistador. Una buena opción es preguntar sobre el funcionamiento diario de la empresa o despacho. Preguntar cuales serían las funciones que realizarás en caso de ser el seleccionado o mostrar interés sobre el ambiente de trabajo pueden dar una buena imagen de ti como candidato.
En la actualidad, la pandemia provocada por la Covid-19 ha influido en casi todos los ámbitos de la economía. Es muy posible que la empresa o despacho haya tenido que adaptarse a la pandemia. Preguntar por su evolución o por circunstancias que hayan podido verse modificadas es una forma de mostrar que estas informado en base a lo que sucede a tu alrededor y que eres capaz de identificar consecuencias que hayan podido afectar a la empresa.
Cuida tu imagen.
Ante una entrevista tanto presencial como online, la imagen es siempre muy importante. No hay que olvidar que el aspecto que reflejamos es lo primero que los entrevistadores verán de nosotros. Descansa bien la noche anterior a la entrevista. Esto hará que estés más relajado de cara a superar el trámite y que muestres una imagen mucho mejor.
La vestimenta es fundamental. Si la entrevista es presencial, debes pensar como suele vestir la gente en el ámbito o sector en el que quieres entrar. Incluso si la entrevista es online, tampoco podrás descuidar este aspecto. Elige cuidadosamente la ropa de la entrevista. Ponerte aquello con lo que te sientes cómodo reforzará tu confianza en ti mismo. Nadie creerá en ti si tu mismo no lo haces. Todos nos sentimos mucho mejor cuando sabemos que la ropa que llevamos nos sienta genial. Aprovéchalo.
Sé puntual.
Al igual que lo de ser uno mismo, puede parecer algo lógico, pero no siempre se pone en práctica. A todos pueden surgirnos problemas e imprevistos que nos impidan llegar a la hora indicada. Ante eso, lo mejor es planificarse para llegar con tiempo, y evitar que el más mínimo problema nos haga quedar como impuntuales.
La virtud esta en el término medio. Si bien no es bueno llegar tarde, tampoco será bien recibido llegar con demasiado tiempo de antelación. Piensa que quizás el entrevistador pueda estar ocupado, o que pueda haber más gente haciendo la misma entrevista que tu, con lo que llegar demasiado pronto puede hacer que tanto el entrevistador como el otro candidato sientan prisa por acabar o piensen que se están retrasando. ¿La mejor opción? Llegar con 5 o 10 minutos de antelación. Esto mostrará que eres puntual sin dejar de lado la idea de que respetas la hora a la que te han citado.
Como digo, no hay una fórmula que implique superar cualquier entrevista. Además, siempre surgirán circunstancias sobre las que no tengamos ningún control. Sin embargo, estos pequeños trucos pueden hacer que, al menos, todo aquello que depende de nosotros vaya bien.