El mobbing laboral es una actitud perversa y discriminatoria mucho más generalizada de lo que parece en las grandes firmas de abogados y la consultoría. Los maltratadores crean victimas que se vuelven tiranas y maltratan también a sus inferiores cuando van ascendiendo. Esto es una realidad conocida por cualquiera que trabaja en estas estructuras, pero muy pocos tienen el valor para denunciarlo públicamente. Las victimas tienen miedo a que no les crean, a que no le vuelvan a contratar, o a que el maltratador trate de ir a por ellos.
Lo curioso, es que, entre bambalinas, todo el mundo pone nombres y apellidos a auténticos depredadores y acosadores que son protegidos por sus estructuras. Es habitual escuchar historias sobre cómo tal socio director rompía los papeles a las 11 de la noche a otro socio gritándole, o cómo un asociado gritaba a los jóvenes auténticas barbaridades.
En la mayoría de los casos, las firmas y departamentos de RRHH son conscientes y no hacen nada ¡Ojo! Salvo que haya riesgo reputaciones, entonces ahí las firmas empiezan a tener “miedito”. Como decía Sirius Black en Harry Potter “Si quieres saber cómo es una persona, fíjate en cómo trata a sus inferiores”. Si estas sufriendo alguna de estas actitudes, te dejamos estos consejos. Léelos detenidamente:
1. Los comportamientos tóxicos no tienen lógica ni sentido. Asume esto y no trates de buscar una explicación.
2. La persona tóxica y que te maltrata es infeliz y lo hace porque tiene graves problemas que le deprimen y que no es capaz de afrontar de una forma inteligente. Nadie con una vida plena actúa así. El maltrato solo es un reflejo de lo mal que está la vida de la persona que lo realiza.
3. Sufrir maltrato laboral y tratos degradantes merma tu salud mental y tu confianza. Aunque no lo percibas en ese momento te afecta. Te generará estrés, agotamiento, problemas para concentrarte o pensar con claridad. Entrarás en una dinámica muy negativa.
4. Trata de poner remedio y pon tus líneas rojas. En cuanto aparezcan prepara un plan: irte (no siempre es posible), o denunciarlo. No hay término medio. No soportes el maltrato, no soportes que crucen ciertas líneas. Déjale claro a esta persona que sus actos tendrán consecuencias.
5. No te centres en su comportamiento degradante o tóxico, quítale importancia. Trátalo como si viniese de un enfermo (o de un niño), esa es la realidad.
6. Documenta poco a poco las actitudes vejatorias. Descarga y guarda conversaciones o emails, graba llamadas. Si acudes a un psicólogo o a un médico documéntalo. Guarda cada paso de tu historia, lo cual te permitirá defender tu versión.
7. No facilitarte información importante o manipularla para inducirte a error, asignarte objetivos difíciles de cumplir, sobrecargarte selectivamente, quitarte tareas de responsabilidad, excluirte o hacerte vacío, infravalorarte, controlarte o monitorizar tu trabajo malintencionadamente, ridiculizar los documentos que entregas de una forma exagerada o animar a otros mediante la persuasión o abuso de autoridad a que participen. El acoso laboral en firmas es sutil y, muchas veces, solo es percibido por quien lo sufre.
8. No eres tú, es el maltratador. No pienses que tú tienes el problema, que tú no eres suficiente o que no eres capaz. Los maltratadores necesitan desfogar sus frustraciones con alguien, siempre necesitan una persona sobre la que ejercer esas actitudes. Muy posiblemente el maltratador actúe de forma muy distinta con otros, para hacer pensar que el culpable de su actitud eres tú. Esto no es así, si no te tiene a ti maltratará a otros y ya lo habrá hecho en el pasado.
9. Posiblemente tu despacho o compañeros no te apoyarán. Sí, aunque te parezca llamativo, las estructuras corporativas de las grandes firmas no favorecen a la víctima que sufre el maltrato. No esperes “valientes” en tu firma, tus compañeros quieren seguir ahí con su sueldo a final de mes. Además, si el maltratador es productivo o trae clientes nadie (ni sus superiores) tendrán el valor y determinación para ir a por él.
10. A tu firma sí le importará su reputación. Si tienes pruebas contundentes les preocupará y mucho su reputación. Ahí sí que estarán dispuestas a tratarte muy bien y negociar tu salida. Ningún despacho quiere una denuncia o aparecer en titulares.