Cuando alguien conoce su camino. Por Sara G. Antúnez

Sara G. Antúnez. Socia de TQAbogados y presidenta de Stop Haters

Tenía 4 años cuando pronuncié por primera vez palabras relacionadas con el derecho en cuanto a mi futura profesión y 23 cuando decidí que tenía que hacer algo diferente, y que el derecho con lo apasionante que es no podía ser ese parque jurásico donde el abogado fuera alguien trajeado, con mesas color caoba y flexos verdes. También entendía y entiendo que el derecho es mutable, que fluye y que debe estar actualizado, de ahí que mi especialidad sea la ciberdelincuencia.

Pero si me preguntáis si ha sido fácil, la respuesta es un rotundo “No”. Al principio para los demás era una inconsciente que se iba a estampar, a día de hoy alegan suerte. Y no, ni una ni otra, el truco: sudar sangre, noches en vela, renuncias y gestionar la frustración, ¿Cómo? No hay trucos, cada uno como pueda y si se necesita con ayuda profesional, lo que sí es común y no puede faltar es la resiliencia, la motivación y saber dónde es y dónde no, metas realistas.

Mi historia comienza cuando estaba trabajando en el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM), llevaba 9 meses en el Servicio de Atención al Colegiado (SAC) al tiempo que se implementó Lexnet, allí conocí muchísimos letrados, puesto que todos tenían que ir allí a actualizarse el carnet. Cuántos más conocía, más me convencía de que podía hacerme un hueco en ese mundo de forma autónoma.

Empecé a estudiar por mi cuenta las modificaciones sobre los delitos informáticos y en redes sociales tanto a nivel nacional, como europeo y el origen de estos en EE.UU., y un 16 de febrero de 2016 tomé la decisión de dejar el trabajo y ponerme por mi cuenta. Atendía a los pocos clientes que conseguía, a través de Instagram o por conocidos, en los despachos del Colegio de Abogados y mientras, para llegar a final de mes sacaba perros de vecinos de la urbanización y hacía horas en Decathlon.

A los dos meses empecé a pagar un “alquiler de mesa en un despacho” para tener sitio donde trabajar y dónde atender, y ahí empezó a tomar forma mi idea: TQAbogados. Empecé a vivir de la abogacía, a crecer, y un año más tarde nació StopHaters, la primera asociación contra el ciberacoso.

La realidad de mi historia y abriéndome en canal, es que ambos han sido como hijos, cuando uno fallaba o le iba mal estaba el otro para darme alegrías, nunca lo han hecho a la vez, pero eso me ha venido bien para no perder la esperanza.

He tenido alegrías y éxitos que me han colmado de felicidad, pero os diré que las derrotas, los números, las épocas malas, las contrataciones, los despidos, los gastos, los malos clientes… eso son muchas noches de insomnio y de sentir que le estás dando la razón a los que te dijeron que fracasarías o que no confiaron en ti.

Para concluir os diré, que la cabeza que tenía con 23 no es la que tengo con 32, que ahora hay más miedos, pero más ganas de estabilizarlo todo. Me creo menos las grandes promesas, pero sigo soñado muy alto. ¿Ha merecido la pena? Sí, porque sin esta historia, no sería yo.

Por lo tanto, y para concluir, mis consejos a todos los que quieran comenzar por su cuenta o que ya lo hayan hecho y no estén atravesando su mejor momento serían:

• Metas y objetivos realistas.
• Saber decir “no”.
• Reinventarse y no tirar la toalla.
• Grabarse mentalmente que caer no es fracasar y que un cambio en el camino es de valientes, no de fracasados.