Al terminar la carrera, los conocimientos se circunscriben a las clases teóricas y algún juicio al que te han llevado, pero no has sentido el peso de gestionar procedimientos judiciales, con sus plazos, señalamientos, reuniones, mails, llamadas telefónicas, notificaciones en Lexnet que se acumulan y si ya decides emprender, incluye los impagos de algunos clientes, labores de marketing y administración, el socio silencioso (Hacienda) de cada trimestre… Navegas en un océano de dudas constante.
Acabas de terminar el Master, y te surgen mil preguntas: ¿y ahora qué? ¿te colegias? ¿ejerciente? ¿no ejerciente? ¿opositas? ¿te lanzas a los grandes despachos? ¿a los pequeños? ¿emprendes? Dudas normales y entiendo que te abrumen y agobien, a fin de cuentas, el camino que elijas, determinará tu futuro. Pero que puedas fallar en tu elección, no te desanime, precisamente gracias a esos fallos, aprenderás una gran lección que es lo que siempre digo cuando me piden consejo los más jóvenes: “no es tanto saber lo que quieres, sino lo que seguro no quieres para descubrir tu camino”. Recuerda lo que dijo Thomas Alva Edison en una entrevista: “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”.
Por tanto, debes empezar por lo fácil, es decir, descartando aquello que sabes que no te gusta y que, durante la carrera y posterior Master de acceso, constataste. A partir de ahí, te recomiendo que salvo que tengas claro que quieres acudir a la gran empresa/despacho o a una BIG FOUR, pidas prácticas en un despacho pequeño, ya que te permitirá “bajar a la arena” con el letrado y comprender como funciona el derecho de juzgados, es decir, todo aquello que no viene en el manual. Eso hice yo, emprendiendo dos años después. Ten por seguro que tus dudas, son las mismas que yo me planteé y que en cierto modo se mantienen en el tiempo, si bien en otras perspectivas, ya que emprender provoca que nada sea seguro, pero a la vez y considero que es lo más positivo de ello, la LIBERTAD que tendrás, será enorme, ya que te permitirá ser dueño total de tu tiempo para invertirlo de la mejor forma posible y adaptarlo a tus necesidades.
Ahora bien, que nadie te engañe, todo tiene un coste. La pregunta es si estás dispuesto/a a pagar el precio. A veces será dinero, otras tiempo, otras la fuerza de voluntad, la disciplina y en definitiva todo aquello que te exija un esfuerzo. En la abogacía ese coste podemos traducirlo en diferentes conceptos. Soledad. Se consciente, de que la profesión de abogado, es muy solitaria. Lo habitual en el sector es, despachos unipersonales o de un par de socios. Si bien, se compensa para los procesalistas, ya que su trabajo requiere de constante contacto con juzgados, procuradores y clientes. La duda jurídica. La duda te perseguirá siempre, pues en Derecho, la respuesta correcta depende. Depende del caso y circunstancias del momento. Un ejemplo claro sería aquel abogado que debe obtener una sentencia de conformidad en un juicio rápido de alcoholemia para que su cliente se beneficie de la reducción del tercio en la pena, sin embargo, las circunstancias del caso (cliente que necesita obligatoriamente, alargar unos meses la tenencia de licencia de conducción) obligan a tomar otro camino que no obstante producirán, una pena mayor. “Manejarás” el destino de muchas personas, pues tus decisiones, marcarán, parte del resultado del pleito. A ello le unirás la responsabilidad que sentirás por esa carga y el estrés intrínseco a cualquier decisión de calado. La incertidumbre económica, será otro compañero, pero compensada por los beneficios que obtendrás. Pues como antes te dije, la libertad que tendrás será total, permitiendo que a veces los ingresos superen el tiempo invertido, a diferencia de quien trabaja para otro, cuyos ingresos, salvo bonus, serán invariables y en muchas ocasiones, el tiempo invertido, muy superior al ingreso recibido.
Si, por supuesto, estarás sometido a clientes, juzgados, plazos, señalamientos, pero tu podrás organizar tu tiempo de la mejor forma posible y adaptándolo a tu forma de ser. ¿Eres más productivo a partir de las 10:00 h de la mañana? Podrás, por ejemplo, como hago yo, ejercitarte a primera hora de la mañana y ser eficiente con tu tiempo. ¿Necesitas desconectar un día de diario? Podrás hacerlo y compensar por ejemplo una mañana/tarde del fin de semana. Yo como padre, puedo organizar mi tiempo conforme a las necesidades de mis hijos, pero si trabajara para alguien, estaría sometido a las necesidades de un tercero que en nada tienen que ver con las mías. El tiempo es la variable más democráticamente repartida. ¿Por qué dárselo a un tercero cuyas necesidades no se alinean con las tuyas?
No obstante, te seguirás haciendo preguntas y dirás: “Vale Fernando, el emprendimiento es interesante, pero ¿qué hago al haber iniciado mi modesto despacho? No provengo de familia jurídica”. No pasa nada, yo tampoco. Emprendí sin padrino jurídico. Debido a que tendrás pocos o ningún cliente, sigue los siguientes consejos:
- Potencia al máximo tus relaciones profesionales.
- Abre una cuenta profesional en RRSS e interactúa con otras personas del sector que te permitan no solo aprender sino crear sinergias y futuras colaboraciones.
- Acude a juicios para conocer no solo su desarrollo real fuera de los libros, sino cómo funcionan estos “pequeños reinos de taifas”. Cada uno tiene su forma peculiar de trabajar.
- Apúntate a la sección de abogados de Colegio y continúa formándote a través de los cursos que ofrezca el Colegio.
- Acude de vez en cuando a los juzgados. Toma café de la máquina e interactúa con el personal de la sala de enlace, con los de seguridad, preséntate a compañeros, al toguero, al personal administrativo del colegio.
- Hazte notar, que sepan quién eres y podrás contar con su ayuda y consejos a futuro y quién sabe, puede que te traigan clientes. Cuanto más amplíes tu red social, más posibilidades de recibir clientes, tendrás.
Si te sirve de algo, como ejemplo de qué hacer o incluso de qué no hacer, cuando abrí mi despacho, apenas tenía ingresos, por ello, trabajé de camarero a través de diferentes ETTs. Ello me permitió complementar ingresos y abrir de otra forma mi red social. De esos trabajos de camarero, conocí por ejemplo al notario con el que colaboro en el despacho u obtenido clientes que me han reportado ingresos superiores a los 10K. No subestimes a nada ni nadie.
En definitiva, debes estar en constante reciclaje, movimiento y contacto. Aprovéchate de los fallos fijándote en qué te has equivocado, interiorízalo y guárdalo para evitar a futuro volver a errar. Por supuesto, fíjate en los fallos de los demás para no replicarlos. Pregunta, pregunta y pregunta. No tengas miedo a equivocarte. No te engaño, el camino va a ser duro, durísimo. Ya lo dijo Rocky: “nadie golpea más fuerte que la vida”, pero te prometo, que vale la pena. Este camino lo hemos iniciado (y seguimos en él) muchos compañeros. Anímate y únete, apoyándote en todo buen compañero que seguro, te encontrarás. Puedes empezar en mí, si quieres.