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ENTREVISTAS

“La oposición fue un proceso que me transformó no solo a nivel académico”: Damián Tuset

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Damián Tuset Varela es jurista, abogado y funcionario del Cuerpo de Letrados Consistoriales, Técnico de Administración General, Cuerpo de Gestión de la Administración Civil del Estado, además de funcionario de la Administración de Justicia. Su carrera combina una sólida formación jurídica con un enfoque innovador en la intersección del derecho y la tecnología. Ha sido profesor asociado en distintos centros universitarios y es docente en el centro Supera, en el que ayuda a opositores a obtener la plaza deseada. Es abogado galardonado con el prestigioso Primer Premio de los Premios Jurídicos Gracia Goyena, un reconocimiento a la excelencia en el ámbito jurídico.

 

  • ¿Por qué te decidiste a opositar a la Administración de Justicia en un primer momento?

Decidí opositar a este cuerpo porque encajaba perfectamente con mi objetivo de profundizar, afianzar y aplicar mis conocimientos jurídicos. Aunque al principio no contaba con una base sólida en algunos aspectos, el proceso de oposición me permitió consolidar y ampliar mis competencias jurídicas. Además, esta oposición representa una excelente vía para integrarse en la Administración de Justicia y ofrece la posibilidad de progresar profesionalmente dentro de ella.

Aunque al principio enfrenté desafíos en ciertos temas específicos, el proceso de oposición me permitió consolidar una base jurídica integral que ahora aplico en mis investigaciones y proyectos relacionados con derecho tecnológico.

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Mi experiencia en la Administración de Justicia ha sido crucial para comprender cómo el derecho puede adaptarse a los avances tecnológicos. Este rol me ha brindado una perspectiva única para trabajar en temas como inteligencia artificial, blockchain y privacidad digital, contribuyendo al desarrollo de marcos legales innovadores que responden a las necesidades del siglo XXI. Además, esta carrera me ha permitido participar en la modernización de procesos administrativos y judiciales mediante la incorporación de herramientas tecnológicas avanzadas, lo que subraya mi compromiso con la transformación digital en el ámbito jurídico.

 

  • ¿Cómo recuerdas la etapa como opositor?

Recuerdo esa etapa con un cariño especial y un profundo sentimiento de gratitud, ya que marcó una de las épocas más formativas de mi vida. No me consideraría el opositor “tipo”, ya que mi enfoque fue bastante singular. A diferencia de muchos que siguen rutinas estrictas con horarios rigurosos de estudio de 7 u 8 horas diarias, mi preparación fue más bien flexible y adaptada a mis circunstancias. En aquel entonces, compaginaba el estudio con el trabajo, lo que añadía un grado de complejidad e imprevisibilidad a mi planificación diaria. Sin embargo, esa misma “irregularidad” me enseñó a priorizar, organizarme y aprovechar al máximo cada momento disponible, lo cual, en retrospectiva, fue una lección invaluable.

Más allá de la intensidad que supone enfrentarse a un proceso tan exigente, considero que fue una etapa enriquecedora en muchos sentidos. No solo adquirí una enorme cantidad de conocimientos, sino que también desarrollé habilidades clave, como la resiliencia, la autodisciplina y la capacidad de mantenerme enfocado incluso en medio de dificultades. Hubo días de agotamiento y momentos de incertidumbre, por supuesto, pero también días llenos de pequeñas victorias y avances que me animaban a seguir adelante.

Además, esta etapa me permitió reflexionar profundamente sobre mis metas, mis motivaciones y la importancia del esfuerzo sostenido para alcanzar objetivos a largo plazo. Fue un proceso que me transformó no solo a nivel académico, sino también personal. Me hizo más consciente de mis límites, pero también de mi capacidad para superarlos. A pesar de las dificultades y el sacrificio que implica opositar, guardo recuerdos muy positivos. Esa época no solo fue un desafío, sino una oportunidad para crecer como profesional y, sobre todo, como persona.

Al final, el esfuerzo mereció la pena, no solo por el resultado en sí, sino por todo el camino recorrido, que me enseñó a valorar cada logro, grande o pequeño, y me dejó con una sensación de orgullo y gratitud que llevo conmigo hasta el día de hoy.

 

  • ¿Qué le dirías a alguien que se está planteando opositar a Gestión de la Administración Civil del Estado?

Le diría que no lo dude, que se anime a dar el paso y explore esta opción con confianza. Preparar una oposición no solo es un reto, sino una experiencia profundamente enriquecedora, tanto en el proceso como en lo que viene después, al formar parte del cuerpo. Es un camino que transforma y recompensa, aunque a primera vista pueda parecer que en la Administración Pública no encontrará la misma proyección profesional que en la empresa privada. La realidad es que este ámbito ofrece un horizonte igualmente apasionante, con posibilidades que muchas veces superan las expectativas iniciales.

Dentro de la Administración Pública, y especialmente en oposiciones como esta, tienes la oportunidad de construir una carrera diversa y completa. El abanico de opciones es impresionante: puedes dedicarte a políticas públicas, trabajar en áreas económicas, abordar cuestiones jurídicas o incluso especializarte en sectores muy técnicos. Además, el alcance de las responsabilidades puede ser mucho mayor que en el sector privado, lo que te permite contribuir de manera tangible al desarrollo del país y, en algunos casos, incluso a nivel internacional.

El atractivo de la Administración General del Estado radica precisamente en esa diversidad. Puedes trabajar en un Ministerio de Sanidad o Educación, participar en la elaboración de políticas en organismos internacionales, o incluso formar parte de una cancillería en el extranjero. Si prefieres un enfoque técnico, también hay opciones para desempeñar funciones especializadas, como mi puesto actual en la Secretaría General Técnica, donde me dedico a elaborar informes jurídicos sobre normas. Es un trabajo que encuentro profundamente gratificante, pues combina el rigor del análisis jurídico con el impacto directo en el marco normativo que rige nuestra sociedad.

Además, la Administración no solo ofrece estabilidad laboral, sino un entorno dinámico que promueve el aprendizaje constante y el crecimiento profesional. Cada área o destino tiene sus particularidades y retos, y esa variedad permite desarrollar una trayectoria profesional que combina amplitud, especialización y proyección de futuro.

En definitiva, opositar es una decisión que merece la pena. No solo te prepara para enfrentar desafíos, sino que también te abre puertas hacia un mundo de posibilidades donde puedes aportar, crecer y sentirte orgulloso de tu contribución. Es un camino completo, lleno de oportunidades, y, sobre todo, muy gratificante.

 

  • Desde que aprobaste tu primera oposición, ¿Cómo ha sido tu trayectoria profesional?

Mi trayectoria profesional en la Administración Pública ha sido todo menos lineal, y considero que eso es una gran ventaja. Comencé mi camino en el Cuerpo de Tramitación Procesal, perteneciente a la Administración de Justicia, un cuerpo de nivel C1 que requiere el título de bachillerato. Fue una experiencia que me permitió adentrarme en el mundo de lo público, comprender su funcionamiento desde una base práctica y establecer los cimientos de mi carrera.

Con el tiempo, decidí dar un paso más y me preparé para acceder al Cuerpo de Gestión de la Administración Civil del Estado (A2), dentro de la Administración General del Estado, que exige una formación universitaria. Esta transición marcó un avance significativo en mi carrera, ya que me abrió la puerta a nuevas áreas de especialización y responsabilidades más amplias.

Sin embargo, mi inquietud por seguir creciendo y asumiendo mayores retos me llevó a presentarme a oposiciones de nivel A1, alcanzando cuerpos altamente prestigiosos como el de Letrado Consistorial, reservado a juristas, y el de Técnico de la Administración General (TAG), que se distingue por su nivel técnico y estratégico. Estas posiciones me permitieron abordar funciones muy diversas y enriquecedoras: desde la elaboración de informes jurídicos y el ejercicio del derecho procesal hasta la gestión del derecho administrativo y la participación activa en el diseño e implementación de políticas públicas.

Lo que he aprendido a lo largo de este camino es que la Administración Pública ofrece un abanico de posibilidades tan amplio como variado. Cada cuerpo y cada destino aporta una perspectiva única, una oportunidad de aprendizaje y un espacio para contribuir de manera tangible al funcionamiento del Estado y al bienestar de la sociedad.

Mi ambición es contribuir al desarrollo de políticas globales que regulen la tecnología de manera ética y eficiente. La posibilidad de trabajar en organismos internacionales o en roles que combinen lo jurídico con la innovación tecnológica y la diplomacia es una meta que alinea perfectamente con mi experiencia y habilidades. Creo firmemente que mi enfoque único, que combina una sólida base jurídica con una perspectiva tecnológica y estratégica, puede aportar un valor significativo en este ámbito. La posibilidad de contribuir a la intersección entre lo jurídico, lo público y lo global es algo que me motiva profundamente y que marca la próxima etapa que aspiro a recorrer.

 

  • Cuéntanos  un poco más sobre el día a día en tu puesto actual (Gestión de la Administración Civil del Estado).

Actualmente desempeño funciones como Jefe de Sección en la Secretaría General Técnica del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación.  Nuestra labor se centra en lo que se conoce como “técnica normativa”, que implica analizar, redactar y emitir propuestas de informe sobre proyectos legislativos y reglamentarios, tanto internos del Ministerio como provenientes de otros departamentos. Esto incluye desde reglamentos específicos hasta leyes de mayor envergadura, siempre asegurándonos de que cumplan con los estándares formales y legales exigidos.

El proceso es meticuloso y requiere una revisión exhaustiva de cada artículo, verificando que el texto sea claro, que los preceptos sean coherentes entre sí y que se ajusten a los principios jurídicos aplicables. Además, prestamos especial atención a que las normas sean comprensibles, efectivas y compatibles con el resto del ordenamiento jurídico, evitando contradicciones o lagunas legales.

Elaboramos borradores de informes jurídicos que acompañan dichas propuestas, evaluando tanto su contenido como su impacto. Este análisis es esencial para garantizar que el proceso legislativo se desarrolle con el máximo rigor técnico y jurídico, contribuyendo a la solidez del sistema normativo español.

Aunque se trata de un trabajo altamente técnico, tiene un impacto directo en el buen funcionamiento del sistema legal y administrativo. Saber que mi labor contribuye a que las leyes y reglamentos sean herramientas claras y efectivas para la sociedad es algo que encuentro muy gratificante. Además, trabajar en un entorno vinculado a las relaciones internacionales y la cooperación me permite estar en contacto con temas de gran relevancia y actualidad, lo que añade un valor adicional a mi día a día.

 

  • ¿Consideras que ahora es un buen momento para preparar una oposición?

Sin duda, creo que siempre es un buen momento para opositar, porque la decisión de emprender este camino no depende tanto de las circunstancias externas, como el número de plazas convocadas, sino del compromiso personal y la determinación de quien se lo plantea. Opositar es un proceso que requiere constancia, esfuerzo y visión a largo plazo, y estas cualidades no dependen de los factores externos, sino de la actitud con la que se afronta el reto.

Uno de los aspectos clave para tener éxito en este camino es rodearse de los mejores profesionales, porque la calidad de la preparación marca la diferencia. Contar con buenos preparadores, centros de formación de confianza y profesores cualificados es fundamental. En mi caso, tengo la satisfacción de ser preparador y profesor en Supera, donde nos enfocamos en brindar a nuestros alumnos una formación integral y personalizada. Nuestro objetivo es que no solo aprueben, sino que lo hagan en el menor tiempo posible, con una preparación sólida que les permita afrontar el examen con confianza y seguridad.

Además, la clave para triunfar en una oposición radica en tres pilares fundamentales: constancia, esfuerzo y un equipo que te guíe y apoye durante todo el proceso. La constancia te ayuda a mantenerte enfocado día tras día, incluso cuando los resultados parecen lejanos. El esfuerzo es el motor que impulsa cada hora de estudio y cada sacrificio. Y, por último, un equipo de expertos te brinda las herramientas, el acompañamiento y la motivación necesarios para superar los momentos más desafiantes.

Por eso, más allá del contexto, cualquier momento puede convertirse en el adecuado para opositar si se cuenta con los elementos necesarios: un buen plan de estudios, una meta clara y un compromiso absoluto con el proceso. Opositar no es solo prepararte para obtener una plaza; es una inversión en tu futuro, en tu desarrollo personal y en la posibilidad de construir una carrera profesional sólida y gratificante en la Administración Pública.

 

  • ¿Cuáles dirías que son actualmente las oposiciones más atractivas y demandadas?

Por su recurrencia, previsibilidad y el número de plazas que se convocan con frecuencia, diría que las oposiciones más atractivas en este momento son las de Gestión de la Administración Civil del Estado y, en general, todas las relacionadas con la Administración General del Estado y de la Administración de Justicia.

Recientemente se han convocado un número casi histórico de plazas en el sector de justicia, incluyendo cuerpos como tramitación, gestión procesal y auxilio judicial. Estas oposiciones suelen ser una buena opción debido a la regularidad con la que se ofertan y a las oportunidades de desarrollo profesional que ofrecen, además el plazo de inscripción está abierto hasta el próximo 21 de enero

En definitiva, tanto las oposiciones de la Administración General del Estado como las de la Administración de Justicia son muy recomendables para quienes buscan estabilidad y proyección profesional dentro de la Administración Pública.

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