¿Es necesario trabajar primero en otros despachos antes de emprender? Por Maite Pozo

Maite Pozo. Directora ejecutiva de Despacho Maite Pozo

Tras más de diez años ejerciendo como abogada penalista, sí alguien me preguntara si cambiaría algo de lo que he hecho en mi trayectoria profesional, la respuesta sería no.

Hasta mi emprendimiento en la profesión transcurrieron aproximadamente cinco años y medio, por lo que desde mi punto de vista considero imprescindible no solo hacer prácticas en otros despachos previamente, sino trabajar como abogado y no como becario. Aunque sí ahondamos más en el consejo, considero imprescindible especializarse en una materia por lo que será necesario focalizar nuestros esfuerzos en la búsqueda de un despacho que se ajuste a nuestros intereses.

Sé que esto a veces no es fácil. A veces acabamos el máster de acceso a la abogacía un poco perdidos, sin saber qué materia es la que nos gusta, por lo que considero que durante las practicas que nos ofrecen estos másteres u en otras prácticas como becarios que pudiéramos encontrar, aprovechemos para ir perfilando nuestros gustos, para que así cuando al menos contemos con un mínimo de experiencia podamos decantarnos por una especialidad.

Yo siempre tuve claro que si ejercía la abogacía lo haría en la rama penal por lo que cuando dejé las oposiciones centré mi búsqueda en despachos penalistas. Consulté varias opciones, yo no tenía nada de experiencia en el sector, aunque sí un amplio bagaje en el estudio de las oposiciones de judicatura por lo que el Código Penal me lo sabía casi de memoria.

Durante el tiempo que trabajé para otro despacho di lo mejor de mí, me esforcé, trabajé con tesón y esfuerzo y adquirí un gran bagaje profesional en delitos de todo tipo.

Tras ese periodo había llegado el momento de emprender y comenzar una nueva aventura, quizás más difícil que la anterior. Ahora sería mi propia jefa, pero también sería la responsable del buen devenir de cada procedimiento, de salvaguardar la libertad de mis patrocinados y sobre todo sería la responsable de generar una infraestructura de negocio que cubriese tanto mis gastos profesionales como personales.

Durante cinco años y medio no sólo había trabajado para otra persona, sino que cada acción que realizaba la consideraba como propia y en beneficio propio. Sabía que toda la experiencia que adquiriese o que todo conocimiento aprendido no solo reportaría beneficios para otro, sino también para mí. Poco a poco iba labrando mi tierra y cosechando mi propio cultivo, por lo que no consideréis que trabajar para otro es perder el tiempo, o que solo reportará beneficios para el jefe, sino que será para ambos.

Evidentemente cuando trabajas para otro el beneficio económico mayoritariamente se lo llevará tu jefe, pues es él/ella quien asume la infraestructura del negocio y la responsabilidad, pero tú también estas obteniendo un beneficio traducido en experiencia y conocimientos.

De ahí iras poco a poco generando tu propia cartera de clientes, y muy probablemente una vez que se haya entablado una relación de confianza con ellos, te buscarán a ti, ya que, en la mayoría de los casos, el cliente no busca ser representado por un determinado despacho con nombre ¨tal¨, sino que querrá ser asistido por una persona en concreto, da igual donde preste esos servicios.

Quizás sea políticamente incorrecto lo que voy a decir, ya que hoy día tenemos que luchar por la dignidad salarial, por unas condiciones dignas de trabajo, etc., pero no confundáis una cosa con la otra. Es totalmente compatible tener unas buenas condiciones laborales y “echar más horas que un reloj”. Por lo que debemos ser conscientes que el ejercicio conlleva cierto sacrificio.

Se requiere esfuerzo, constancia y sacrificio, sobre todo en los inicios. Considero necesario ir como las hormiguitas poco a poco, cogiendo migas de pan con cautela y con paso firme, y cuando llegue el momento de emprender, lo sabrás. Todo ello será determinante para tener un buen emprendimiento y una carrera de abogado.