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Jueces y Fiscales: una de las oposiciones más atractivas tras la Oferta de Empleo Público 2023

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Reponer efectivos, reforzar el empleo de calidad, dotar de personal a los nuevos servicios públicos y atraer talento. Esos son los objetivos que respaldan la mayor Oferta de Empleo Público de nuestra historia: la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, anunciaba recientemente las 39.574 plazas (28.814 de turno libre) ofertadas para este año, un 15,8% más que en la OEP de 2022. Una oferta sin precedentes que requiere de una respuesta semejante por parte sobre todo de los jóvenes españoles, que se sienten cada vez más a gusto con la idea de opositar.

Semejante plantel de puestos públicos llega por diversas razones, entre ellas recuperar una estabilidad laboral que resuena cada vez más lejana. Pero, sin duda, una de las principales es afrontar la necesaria renovación de funcionarios en una gran variedad de sectores y perfiles profesionales.

Según el último estudio ‘Envejecimiento de las plantillas de la administración General del Estado en 2022 y la proyección futura a 2023’ (noviembre de 2022), la edad media del funcionario español es de 51,32 años. Más del 64% del personal público tiene más de 50 años, por lo que se estima que cerca de dos tercios (58,6%) de la plantilla actual se jubile en la próxima década.

Estamos ante una gran oferta que llega prácticamente a todo el ámbito de la Administración del Estado, poniendo énfasis en áreas que, actualmente, se encuentran con una gran necesidad de cubrir vacantes”, respalda Ángela de las Heras, coordinadora general de oposiciones del CEF.- Centro de Estudios Financieros, que cuenta con más de 40 años de experiencia en la preparación de oposiciones a la administración pública.

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Del desorden al “orgullo máximo”

Conocedor de esta realidad, Juan Pablo Herráez (ya funcionario en prácticas en la Fiscalía) apostó por este centro preparador para ingresar en “esta locura de la oposición”. Apuntó alto, a Jueces y Fiscales (Grupo A1), donde descubrió una carrera bastante desconocida “incluso para quienes estábamos opositando a ella”, señala Herráez. La de Fiscales era “más proactiva, podías especializarte en una materia en profundidad”, destaca. “Era dinámico, y eso me gustó”.

Herráez tenía claro que aprobaría la oposición yendo de la mano de un centro especializado y con esa experiencia acreditada. Una de las cosas que más le gusto fue el #MétodoCEF.-, que en concreto para esa oposición, pone a disposición de los opositores más de un preparador, lo que supone una visión más amplia y enriquecedora, comenta. “Es fundamental tener seguimiento por parte de preparadores que, además en el caso del CEF.-, han sido opositores y conocen de primera mano lo que supone preparar una oposición”.

En su caso, además, los preparadores le sacaron de su rutina “un poco anárquica” y diferente del resto de opositores (horario nocturno, algunos descansos extra…). Con ellos el hábito de estudio “se fue ordenando”: cuatro o cinco horas por la mañana, descanso para comer, y otras tres o cuatro horas más. Terminada la jornada, Herráez se daba tiempo para “un poco de deporte, salir, ver alguna serie…”.

Tras aprobar recuerda que, más allá de la descarga de presión, no se volvió loco de emoción. “Creo que fue porque realmente para aprobarla hay que creer que vas a aprobarla ya durante los meses previos. Y yo ya me lo había creído, por lo que en el fondo sentía que ya estaba casi aprobado”. Después, ya con la mente ordenada, “la satisfacción es máxima”, señala, “porque valoras todo lo que tienes: la profesión jurídica que querías, que puede ser apasionante, un puesto fijo… circunstancias muy positivas”.

 

Consejos: “ilusión y vocación”

“Esfuerzo, muchísimo esfuerzo y regularidad en el estudio”. Esa, dice, es la clave, además de adoptar una vida “ordenada” en la que la “ilusión y vocación” por lograr ese puesto público estén siempre de fondo. Con esos dos ingredientes se pueden superar los momentos duros y las dificultades de una oposición. Y mantener en todo momento la visión a largo plazo del objetivo y lo que vas a conseguir, defiende.

Durante su preparación recuerda que al principio hacía las cosas a su manera, “y así no se puede aprobar la oposición”. Pronto descubrió que hay un modo, “es el que tus preparadores te dan”, para lograrlo. Obligarse a adaptarse al sistema le bajó un poco esa “cierta soberbia” y generó la necesaria “humildad” para afrontarlo: soy uno más, me están suspendiendo, y tengo que hacer las cosas como me dicen quienes están en el CEF.-“, apunta.

Sin duda la capacidad de esfuerzo es algo que desde su paso por el centro preparador ha incorporado en su vida. Además del apoyo de sus preparadores en los momentos duros (suspensos) afirma que “es esencial luchar y aguantar, llevarse infinitos disgustos” y tener la fuerza de coger y recuperarse. “Hay que luchar y resistir, ya está”.

 

Racional, imparcial y empático

Tras el éxito llegaba, de nuevo, la formación, donde Herráez empezó a gestar esa verdadera vocación de servicio público. En la escuela de fiscales (enero-junio) descubrió los delitos contra el medio ambiente, un ámbito que “casi” lo apasionó. “Proteger la naturaleza, un bien muy valioso, es un sentimiento que no tenía antes”, asegura. También la defensa de los Derechos fundamentales o, ya en las prácticas, la jurisdicción de menores.

De la mano a esa vocación se van conformando en él los rasgos que, entiende, debe tener un buen fiscal. Racionalidad en primer lugar: para estudiar la ley, interpretar los hechos y traducirlo en las consecuencias pertinentes, “si las tiene”. Porque “muchas veces, parece algo grave y luego no es ni delito”, reflexiona. Para ello también es fundamental la imparcialidad, es decir, tener presente en todo momento que se defiende la legalidad, y saber cuándo implicarse más, y cuándo alejarse de las ideas preconcebidas para quedarse con las pruebas que hay sobre la mesa.

Finalmente, la más bonita e importante: la empatía. “Ya seas juez o fiscal eres un poder del Estado y debes dar una solución” al daño causado, tanto a quienes lo sufren como a quienes lo infligen, desgrana. “Hay que ser cercano y no tratarlos como un papel, un expediente que despachar cuanto antes. Para cualquier servicio público es esencial”.

Además, cree que, en estas carreras, tan analíticas y de aprendizaje continuo, no es necesario que haya más fiscales jóvenes, pues los mayores son verdaderos “sabios” en su profesión. La edad y la experiencia no te libran de dudar, pero sí te aportan herramientas para dar con soluciones nuevas. Más allá de la estructura jerárquica de la Fiscalía (que a veces dificulta renovar ciertos procesos), cree que lo bonito es que confluyan generaciones.

Según dice, es bueno que haya nuevas plazas para fiscales jóvenes, pero porque “la juventud e ilusión con la que entras da mucha fuerza a la institución y al trabajo que haces”. Celebra las dos convocatorias de 300 plazas que se han previsto, pues, aunque fácil no será nunca, son cifras que permiten ir, sin importar la edad, a aprobar “con cierta holgura”.

 

Analiza, fórmate y sé constante 

Desde el centro preparador, De las Heras recuerda siempre sus principales consejos a la hora de embarcarse en esta vorágine opositora:

  • Analizar la oposición que escoges (muchas se conocen menos y por eso mismo tienen más oportunidad de éxito).
  • Elegir bien quién te formará (viendo experiencia, facilidades y tasa de aprobados, entre otras).
  • Ejercer una preparación integral (más allá del temario, desarrollando habilidades personales -autoestima, autocontrol- para afrontar futuros desafíos profesionales).
  • Ser constante y comprometido (con metas claras desde el primer momento, manteniendo el foco).
  • Cuidar el bienestar de uno mismo (con un equilibrio realista de estudio y descanso, combinado con actividades al aire libre).

Descubre todas las oposiciones que prepara el CEF.- y su exitosa metodología aquí.

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