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CURIOSIDADES

Cómo aprovechar el Máster de Acceso a la abogacía al máximo

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Antes de nada, el máster de abogacía debe entenderse como una formación eminentemente práctica. Lo que se pretende conseguir con el mismo es aprender a ejercer la profesión. Un máster, por ende, debe habilitar al jurista en una formación específica que los despachos quieran o necesiten. Es considerado que los mejores formadores, en estos casos, son juristas en activo ejercicio profesional.

Este nivel de formación debe enfocarse a la realidad del mundo laboral. Además, un excelente máster de abogacía debe tener un buen campus virtual, gran variedad de exámenes de acceso a la abogacía, una notoria formación deontológica, destrezas interpersonales, técnicas de investigación jurídica y técnicas probatorias en la tutela jurisdiccional de derechos.

El método de examen de Estado tiene que enseñarse durante el máster, pero no sólo debe enforcarse como una preparación del examen de acceso, sino también como una oportunidad para el comienzo de una carrera profesional prometedora.

Para ello, el máster debe habilitar para la adquisición de las habilidades profesionales que se necesitarán para entrar al mundo laboral, combinado con la excelencia académica. Si lo que se quiere es destacar en los comienzos de la carrera profesional, habrá de conseguirse una buena nota en el máster; ello va a comprender tanto el nivel teórico, como el práctico.

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Para aprobar el examen de Estado sin dificultad, hay que realizar muchos test. Sin embargo, es bien conocido que cuanta más media se tenga en dicho máster, menos preguntas debe acertarse en el mismo. Aun así, es necesario dominar bien cómo va a ser la prueba. Es aconsejable hacer test desde el primer minuto del master. Éstos, los debe facilitar la universidad mediante el campus virtual; de lo contrario, en cualquier librería jurídica pueden adquirirse tomos con los test o, simplemente, mediante espacios online preparados para ello. Crear una rutina forzará a conocer la ley y saber aplicarla a casos concretos e interpretar sus preceptos correctamente.

Ahora bien, hay que valorar la posibilidad de que el máster oferte una preparación del examen de acceso a la abogacía en la que, mediante el campus virtual, se hagan simulacros de examen test online y casos prácticos orientados al mismo. Inclusive, clases en directo para terminar de resolver dudas acerca del examen y su contenido.

Se requiere una dedicación constante para preparar el máster de abogacía, pero también hay que dedicarse en profundidad a preparar la vida profesional. Todo ello, sin olvidar la ética.

Aprender a mantener honestidad en la profesión diaria, tanto en el máster como en la vida profesional es lo más importante. Para ello, la asignatura de deontología no puede escapar de la formación, ya que, además, ésta es de la que más valor tienen en el examen de acceso.

Durante el máster, pueden realizarse visitas a los juzgados de los diferentes órdenes jurisdiccionales. No puede perderse de vista esta oportunidad porque va a ayudar a conocer cuál es más acorde con la vocación de cada uno y desarrollar la propia práctica.

La oratoria durante las participaciones en clase son punto clave, ya que se recomienda hacer hincapié en participar de manera perseverante para desarrollar las destrezas que se van adquiriendo a lo largo del máster.

Para lograrlo pueden aprovecharse los juicios simulados que se imparten en algunos másteres. En ellos, unos alumnos se enfrentan a otros mientras que un profesional observa como árbitro, desempeñando en la mayoría de ocasiones el rol de juez. Con esto, se intenta hacer ver la postura de cada uno, saber qué decir en cada momento y, sobre todo, introducir en la práctica judicial al futuro abogado.

El máster habilitante, aunque esté planteado como una obligación, es una oportunidad de desarrollo personal y profesional. Es recomendable así aprovechar para establecer una red de contactos con los compañeros de la promoción, ya que en este sector hay mucha competencia.

Durante esta formación, en algunos casos, hay un tutor experto en quien se debe confiar. Cualquier duda, lo mejor es consultarle y aprender de las respuestas o pistas que aporte.

A la hora de aprovechar cada clase al máximo la actitud debe ser proactiva, hay que ser un interrogante firme y con interés por formaciones complementarias. Marcar un objetivo ambicioso, pero que se pueda cumplir. Buscar aquello que apasione e inspire a ser grandes profesionales.

El máster tiene que ser un medio. El que no tenga buen expediente académico que aproveche este momento para adelantar. En este caso, quien curse un máster online y tenga opción de ver las clases en diferido, tiene ventaja, ya que puede apostar por verlas más de una vez y llevar sus dudas al tutor.

A la hora de elegir despacho para las prácticas externas, la universidad suele realizar ponencias y conferencias a las que es de gran utilidad asistir, ya que normalmente van encaminadas a presentar despachos y mostrar cómo son sus procesos de selección, requisitos, etc.

De cara a las mencionadas prácticas, se tendrá en cuenta que son el comienzo de la carrera profesional y primará la calidad del alumno, su interés, su disposición, su actitud durante el periodo de las mismas y la posibilidad de incorporación en los diferentes departamentos del despacho o firma.

En el transcurso de las mismas, hay que aprovechar tener contacto con una persona, atender a lo que le ha ocurrido y cómo. De esta manera, se aprende a sacar la mejor defensa jurídica. No olvidar hacer preguntas para esclarecer cualquier duda.

Un buen consejo para las prácticas externas es mirar el índice de colocación tras finalizar el máster y el tipo de prácticas que te ofrecen en cada despacho.

En las propias clases y en las prácticas externas lo ideal es impresionar. Dejar un buen recuerdo para obtener futuros contactos. Para ello, lo más importante será realizar las tareas prácticas como si fueran casos reales y tener en cuenta que su resultado está a merced de quien lo resuelve. Para ello, hay que aprovechar cualquier base de datos sobre doctrina, jurisprudencia y legislación aportada por la universidad.

El momento de esforzarse es en las prácticas, ya que quien destaque se queda. Destacará quien en el momento de relacionarse con abogados ponga a disposición del bufete todas las habilidades que ha aprendido en la parte teórica del máster.

Por último, la importancia del liderazgo. Ser capaz de detectar las necesidades de un grupo y de satisfacerlas. El líder, decía Henry Kissinger, es aquel que lleva a un grupo desde donde está hasta donde no ha estado. Es hora de aplicarlo en el máster.

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