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CURIOSIDADES

¿Qué tipos de despachos existen? Es importante elegir el adecuado

sylviacambeses5

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Cuando un recién graduado en Derecho comienza a plantearse su futuro profesional, a menudo se enfrenta a un entorno marcado por una notable falta de información práctica sobre las distintas opciones laborales a las que puede optar.

En este espectro de oportunidades, las firmas legales o bufetes de abogados continúan siendo una de las salidas profesionales más consolidadas y demandadas. No obstante, no todos los despachos son iguales: existen diferencias clave en su tamaño, estructura y dinámicas de trabajo, oportunidades de crecimiento, tipología de clientes o ámbito geográfico en el que operan, lo que influye directamente en la experiencia profesional.

A este respecto podemos diferenciar varias tipologías de firmas legales o despachos de abogados:

Big Law. Las grandes firmas de abogacía, también conocidas como Big Law, son grandes estructuras corporativas que comparten una misma naturaleza y rango de facturación elevado.

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Se caracterizan por contar con equipos de cientos o miles de abogados empleados, así como otras áreas de apoyo (recursos humanos, comunicación y marketing, administrativos, etc.); un organigrama jerárquico (desde junior hasta socios) altamente especializado y estructurado por áreas de práctica (M&A, procesal, fiscal, tecnología, real estate, etc.). La gran mayoría cuenta con múltiples oficinas distribuidas en el ámbito nacional y en otras jurisdicciones, con presencia en las principales capitales del mundo. Asimismo, las carreras profesionales y ascensos dentro de la jerarquía están exhaustivamente definidos y se basan en diversos factores tasados como horas facturables o las evaluaciones de desempeño de los abogados.

Ofrecen servicios integrales de asesoría legal y suelen ser las firmas a las que recurren las grandes corporaciones y multinacionales, ya que estos modelos de abogacía son capaces de dar respuesta a la gran complejidad, volumen y territorialidad de sus problemas.

Las Big Law se construyen sobre activos intangibles (reputación, confianza, talento, relaciones con clientes, etc.), y están orientadas a la resolución de problemas jurídicos complejos donde cobra especial importancia el conocimiento y expertise de socios y profesionales clave. Asimismo, existen algunas firmas de elevada facturación que operan bajo modelos de prestación de servicios jurídicos “estandarizables”, escalables y sistematizados o tipo commodity, que resuelven problemas que afectan masivamente a grupos de población.

Middle Market. Se trata de firmas con una menor facturación y número de empleados y enfocadas habitualmente en un rango de clientes de empresas de un menor tamaño (empresas medianas, o pymes) que requieren una combinación de servicios completos y asesoría en áreas específicas. Suelen tener un enfoque regional o nacional, aunque algunas tienen presencia internacional o acuerdos de Best Friends, que les permiten operar en otras regiones.

Los despachos medianos se sitúan en una posición intermedia entre las grandes firmas y los despachos más pequeños o boutiques. Los honorarios se sitúan en rangos más bajos que las Big Law. La exigencia a los abogados sigue siendo alta, pero el entorno puede permitir un mayor equilibrio entre vida personal y profesional, así como una progresión más temprana en la carrera, con el acceso a posiciones de sociatura con una menor dificultad.

Boutiques legales. Se trata de firmas pequeñas o medianas que se especializan en un área muy concreta del Derecho, como fiscal, laboral, o penal económico, o en determinados sectores económicos como el derecho deportivo, la tecnología o el entretenimiento. Estas firmas, aunque de menor tamaño, se distinguen por su alto grado de especialización. En muchos casos, surgen de la iniciativa de antiguos socios de grandes despachos que comparten áreas de práctica y optan por abandonar conjuntamente estas estructuras para enfocarse en una práctica más independiente. Aunque los honorarios pueden ser elevados debido al conocimiento técnico, disponen de estructuras más flexibles y de menor tamaño.

Firmas generalistas. Firmas de tamaño pequeño o mediano que ofrecen asesoría legal en las distintas áreas del derecho, cubriendo principalmente necesidades de clientes individuales o personas físicas, aunque en ocasiones también cuentan con clientes empresariales. Están compuestas por profesionales que atienden distintos tipos de casos, sin estar únicamente especializados en un solo campo.

Se trata de estructuras que dan servicio a entornos locales o regionales, sin una gran diferenciación en el mercado o desarrollo de marca, ni una estrategia de crecimiento o enfoque empresarial definido.

Abogados Freelance. Se trata de profesionales autónomos que desarrollan su actividad como abogados por cuenta propia. Suelen compartir oficina con otros profesionales para optimizar costes o cubrir áreas de práctica distintas. En ocasiones se trata de abogados generalistas, que cubren distintas áreas de práctica, o en otras ocasiones son especialistas en alguna rama concreta del derecho. La estructura organizativa es reducida y los recursos disponibles son limitados.

La elección de un tipo de despacho o especialidad jurídica debe atender tanto a las oportunidades que ofrece el entorno como al perfil, intereses y expectativas de cada jurista. No todos los profesionales se adaptan al mismo ritmo de trabajo, ni aspiran al mismo modelo de desarrollo profesional. Además, el mercado legal se encuentra en constante transformación. Cada vez surgen con más frecuencia nuevas salidas profesionales fuera del ámbito estrictamente tradicional, como el ejercicio en empresas en funciones de cumplimiento normativo, diseño legal o consultoría jurídica. Por ello, resulta esencial conocer el mercado, identificar las propias fortalezas e intereses y mantener una actitud abierta ante las múltiples posibilidades que, hoy, ofrece el ejercicio del Derecho.

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