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CURIOSIDADES

Despachos tradicionales en la carrera de la IA: ¿Transformación o postureo?

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El sector legal vive una especie de fiebre del oro en inteligencia artificial. Los despachos tradicionales, conscientes de que ya no basta con “estar al día”, han empezado a lanzar pilotos, laboratorios internos y proyectos experimentales para no quedarse fuera del nuevo mapa competitivo. Pero la pregunta que muchos se hacen entre pasillos es otra: ¿estamos ante una transformación real o solo ante iniciativas sueltas pensadas para salir en la foto?

Lo cierto es que el movimiento ha comenzado, y algunos bufetes llevan ventaja. Eso sí, cada uno está recorriendo este camino a su manera, con estrategias dispares y resultados todavía difíciles de medir.

LLM Pilots y e-discovery: el primer paso (casi obligado)

La mayoría de los grandes despachos han empezado por donde era más fácil: pilotos con LLMs para tareas concretas y proyectos de AI e-discovery.
Son áreas donde la tecnología ya ha demostrado valor: clasificar miles de documentos, encontrar patrones, identificar riesgos, acelerar una due diligence o generar versiones preliminares de textos.

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No es especialmente glamuroso, pero sí es la puerta de entrada para entender hasta dónde puede llegar la IA dentro del despacho… y también sus límites.

Gobot (Cooley): IA hecha en casa, pero sin artificios

Cooley apostó por construir una solución interna, Gobot, enfocada en mejorar el acceso al conocimiento del despacho. No es un monstruo tecnológico, pero sí un buen ejemplo de cómo una herramienta sencilla puede reducir fricciones internas: buscar precedentes, localizar cláusulas, encontrar informes previos o resolver dudas rápidas sin interrumpir a medio equipo.

Lo interesante de Gobot no es su “tecnología”, sino el mensaje que envía: no hay que esperar al sistema perfecto para empezar a usar IA.

CelIA (Cuatrecasas): cuando el piloto se convierte en producto

Uno de los movimientos más comentados en el mercado hispano ha sido CelIA (Cuatrecasas Expert Legal AI), una plataforma construida sobre Harvey.
La apuesta es clara: no se trata solo de usar IA, sino de integrarla en procesos concretos y adaptarla al conocimiento real del despacho. La herramienta está ya en manos de muchos abogados internos, y eso es un salto importante frente a los “pilotos eternos” que nunca ven la luz.

CelIA demuestra que no basta con comprar tecnología: hay que operativizarla dentro del ecosistema del despacho.

ChatGD: el “chat interno” que muchos quieren (pero pocos logran)

Algunos despachos están siguiendo una línea similar con plataformas internas de chat basadas en IA, como el caso de ChatGD.
¿Su objetivo? Crear un asistente disponible para todos los abogados sin exponer información fuera del entorno del despacho.

Aunque pueda parecer algo simple, tener una herramienta de consulta segura, conectada a precedentes y documentos internos, puede ahorrar horas cada semana. Lo difícil no es el desarrollo técnico, sino la gobernanza del conocimiento que lo alimenta.

Amplify: workflows legales con esteroides

Otros bufetes han optado por ir un paso más allá y construir soluciones de orquestación de flujos de trabajo, como Amplify (basado en Harvey).
Aquí ya no hablamos de un chatbot, sino de automatizar tareas completas:

  • generación de borradores,

  • análisis de riesgos,

  • revisiones iniciales de contratos,

  • producción de documentos estándar,

  • o incluso checklists de compliance dinámicos.

Estos proyectos muestran dónde está el verdadero potencial de la IA en un despacho: no en responder preguntas, sino en ejecutar procesos.

Dioptra + Neuron: la revisión contractual del futuro

Otra línea que está ganando tracción es la de los sistemas especializados en revisión de contratos, como Dioptra + Neuron.
Estas plataformas permiten comparar versiones, detectar incoherencias, proponer redacciones alternativas y acelerar negociaciones.

Para los equipos de comercial, real estate, financiero o M&A, este tipo de sistemas puede ser determinante. Aquí no se trata de experimentar: se trata de ganar tiempo de verdad.

¿Dónde están los límites?

A pesar de todos estos movimientos, todavía hay retos evidentes:

  • cultura interna,

  • resistencia al cambio,

  • gobernanza del conocimiento,

  • seguridad y confidencialidad,

  • redefinición del rol del abogado junior,

  • y una inversión que no siempre es fácil justificar.

Los despachos están avanzando, sí, pero muchos lo hacen a base de pilotos dispersos, sin una estrategia centralizada. La diferencia entre “tener un proyecto de IA” y “ser un despacho que trabaja con IA” es enorme.

¿Transformación o marketing?

La verdad es que conviven ambas realidades.
Hay despachos usando IA de forma real y constante… y otros que llevan meses anunciando iniciativas que en la práctica no han salido de la fase de demo.

Pero también es cierto que estos experimentos son necesarios. La IA no va a entrar en el sector legal como un bloque monolítico; va a entrar por piezas, por casos de uso concretos, por áreas donde aporta valor inmediato.

Lo interesante será ver qué despachos convierten estos pilotos en una ventaja competitiva real y cuáles se quedan ejecutando pruebas sin cambiar la forma en la que trabajan.

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