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CURIOSIDADES

Programas de Mentoring en el ámbito jurídico

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¿Cuáles son los pasos para entrar en un despacho de abogados? ¿Cómo afrontar una entrevista con un socio? ¿Qué se espera de mí durante las prácticas? ¿Cómo puedo construir una carrera sólida en la abogacía de los negocios? ¿Qué habilidades debo desarrollar para diferenciarme? ¿Cómo manejar el estrés y la incertidumbre que acompañan a los primeros años profesionales? Estas son algunas de las preguntas más frecuentes que los estudiantes de Derecho se plantean en los últimos años de su formación.

Algunos tienen la oportunidad de hacer estas consultas a familiares o conocidos; otros, incluso contando con ese recurso, prefieren obtener una perspectiva externa; y muchos estudiantes provienen de entornos sin relación previa con el Derecho y no saben a quien recurrir. Para atender estas necesidades y muchas más, existen los programas de mentoring.

La Asociación para el Progreso de la Dirección define el mentoring como una práctica en la que un mentor, generalmente con amplia experiencia, asiste, orienta e inspira a otra persona —el mentee— para potenciar tanto su visión como sus habilidades y conocimientos, favoreciendo su desarrollo profesional. Pero, ¿qué implica realmente participar en un programa de mentoring, y cuál es su impacto en el ámbito jurídico?

En este artículo, Patricia Arribas, mentora, y Carmen Ruiz, mentee, compartimos nuestra experiencia en un programa de mentoring desarrollado en colaboración con Women in a Legal World y el Centro de Estudios Garrigues.

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Patricia Arribas, Associate Director & LatAm Hub Advisor
M&A and Transaction Solutions en AON.

Participar como mentora en el programa de Women in a Legal World dirigido a jóvenes abogadas que se preparan para comenzar su carrera profesional es una de las experiencias más enriquecedoras de mi trayectoria. Acompaño a estudiantes que, como yo en su momento, sienten vocación por el mundo de la abogacía de los negocios y el M&A y quieren entender mejor qué implica realmente dar ese primer paso en una carrera orientada hacia el desempeño de la abogacía. Desde mi experiencia —primero en un entorno de firma y ahora en el área de M&A de empresa— comparto aprendizajes, herramientas y vivencias que me habría gustado tener más claras al empezar.

Las sesiones son muy personalizadas: abordamos inquietudes reales y actuales, como el funcionamiento interno de los despachos, la presión de las operaciones, cómo afrontar una entrevista, el equilibrio personal o cómo construir una carrera con sentido en un entorno tan exigente. Pero también surgen conversaciones más profundas sobre lo que se espera —y lo que esperamos nosotras mismas— al entrar en un mundo donde el rendimiento, la visibilidad y la vocación conviven de forma compleja.

Uno de los mayores valores de este programa es precisamente la posibilidad de tender puentes que normalmente no existen a esa edad. Cuando estás en la universidad, es difícil acceder a profesionales con más recorrido que tus antiguos compañeros de prácticas o tus primeros tutores. Los despachos, a nivel profesionales de la abogacía, pueden llegar a ser entornos herméticos, donde resulta complicado tener conversaciones sinceras con quienes ya han pasado por lo que tú estás a punto de vivir. La abogacía de los grandes despachos no siempre se deja ver por dentro antes de cruzar la puerta de entrada. Women in a Legal World, a través de este programa de mentoring, rompe esa barrera y crea un espacio de confianza, de diálogo generacional y de acceso real a referentes que, de otro modo, quizá no estarían tan disponibles.

Además del valor del acompañamiento, este programa ofrece una oportunidad única para tejer una red de contactos sólida desde el inicio: una red en la que se comparte información, experiencia y apoyo, y que va más allá del clásico concepto de networking. Para mí, ser parte de este proyecto no es solo una forma de guiar o devolver lo aprendido: es también una fuente constante de inspiración. Me permite escuchar a quienes llegan con una mirada fresca, reflexionar sobre cómo ha cambiado —o no— el sector, y seguir conectada con lo que nos mueve, año tras año, a elegir esta profesión.

Carmen Ruiz, Estudiante de Derecho y ADE en la Universidad de Málaga.

Desde mi punto de vista, adentrarse en el mundo de los despachos resulta especialmente complejo cuando no cuentas con referentes cercanos en el ámbito jurídico. Por eso decidí apoyarme en iniciativas que me ofrecieran orientación práctica y cercana. Actualmente participo en el programa de mentoring de Women in a Legal World, una experiencia que me está ayudando a resolver muchas de las dudas que me surgen en esta etapa inicial de mi carrera: ¿cómo desarrollar habilidades que son clave para la profesión?, ¿cómo afrontar las prácticas? ¿qué diferencias existen en la abogacía de los negocios con respecto a otras áreas del derecho? ¿cómo definir una trayectoria propia en la abogacía de los negocios?

El programa de mentoring se desarrolla a lo largo de aproximadamente seis meses y se estructura en varias sesiones. En cada una de ellas abordamos temas muy diversos, que van desde cuestiones que me interesan personalmente como mentee hasta otros que, aunque quizás no me había planteado, mi mentora considera clave para mi desarrollo. Algunos de los aspectos que hemos tratado incluyen la presentación del CV, el desarrollo de soft skills o estrategias para el crecimiento profesional.

Si tuviera que resumir lo que me ha aportado el programa de mentoring en dos palabras, serían: guía y confianza.

  • En primer lugar, el programa me ha brindado una valiosa guía. Contar con el acompañamiento personalizado de una profesional de referencia, que ha atravesado situaciones y dudas similares a las que yo enfrento actualmente, me ha permitido tomar decisiones con mayor conocimiento y criterio. Las sesiones de mentoring me han ayudado a orientar mi camino desde una perspectiva personal, alineada con mis intereses, necesidades y prioridades.
  • En segundo lugar, el programa me ha aportado confianza. Antes de iniciarlo, solía enfrentarme al miedo al rechazo o a la sensación de no estar a la altura de ciertos objetivos profesionales. Gracias al acompañamiento y al aprendizaje compartido, he ganado seguridad tanto a nivel personal como profesional. Ahora me siento más preparada para afrontar nuevos retos, tomar decisiones con firmeza y desenvolverme con soltura en entornos que antes me imponían respeto.

Participar en un programa de mentoring ha supuesto para mí una experiencia muy enriquecedora tanto a nivel profesional como personal. No solo me ha permitido resolver dudas concretas sobre el inicio de mi carrera en la abogacía de los negocios, sino que también me ha ayudado a ganar claridad, confianza y criterio para tomar decisiones alineadas con mis objetivos.

En un sector tan exigente y competitivo, contar con el acompañamiento de una profesional que comparte su experiencia de forma generosa y cercana marca una gran diferencia. El mentoring no ofrece respuestas cerradas, pero sí abre caminos y brinda herramientas para construir una trayectoria propia, más consciente y preparada.

Por eso, animo a todos los estudiantes de Derecho que sientan incertidumbre —o simplemente curiosidad— sobre su futuro profesional, a buscar este tipo de espacios. A veces, tener a alguien que te escuche, te oriente y crea en ti es justo lo que necesitas para dar el siguiente paso.

 

 

Carmen Ruiz Cobos, estudiante de penúltimo curso del doble grado en Derecho y ADE en la Universidad de Málaga

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