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CURIOSIDADES

Juicios Telemáticos: Retos de la comunicación digital

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Para una sociedad y sus individuos, la comunicación es uno de los pilares esenciales: sin comunicación no sería posible entender, compartir y construir. Desde las Ciencias Sociales muchos de los estudios de principios de siglo se centraron en entender sus fundamentos en la era digital. Hasta el punto que hoy en día “Comunicación Digital” es una asignatura bastante común en muchos Grados de Universidad.

Ahora que debido a la Covid-19 los juicios telemáticos aumentan, para poder abordar los retos jurídicos que este tipo de juicios presentan desde otra perspectiva, puede resultar interesante recordar algunas de las claves de la comunicación digital.

 

El ruido dificulta la comunicación

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Empecemos por lo más básico. Decía el sociólogo Jürgen Habermas que  para que la comunicación sea eficaz se necesita el menor ruido posible: que a poder ser nada distorsione el mensaje que transmite el emisor al receptor.

Esta es una condición que no se da cuando se pone una pantalla de por medio: los problemas tecnológicos hacen que la imagen se congele o que la conexión se pierda y, por tanto, que el emisor esté obligado a repetir su mensaje. Distorsionando, de este modo, el mensaje inicial y minando la paciencia y capacidad de escucha del receptor.

Por lo tanto, no parece muy correcto que alguien no pueda defenderse de manera eficaz por problemas tecnológicos totalmente ajenos a su persona.

 

La no presencialidad dificulta la comunicación

Escuché decir al periodista Iñaki Gabilondo que uno de los problemas de la radio era la dificultad de transmitir la ironía: el hecho de no tener presente a tu interlocutor dificulta la comprensión del contexto, de la intencionalidad y del tono del mensaje.

Estos elementos son totalmente necesarias para una comunicación eficaz: al no poder ver, sentir, casi tocar al interlocutor será más difícil entender lo que dice, y sobre todo, lo que no dice. Será más complicado escuchar los énfasis que haga y, todavía más complicado, identificar los gestos y las respuestas que  rehúyen a la pregunta.

Por lo tanto, no parece muy correcto que el testimonio de alguien quede desvirtuado por las declaraciones mediadas por ordenador.

 

La distancia deshumaniza las decisiones

Millgram en su ya histórico experimento (https://www.youtube.com/watch?v=mOUEC5YXV8U), una de las cosas que demostró es que la distancia y la falta de contacto entre individuos son elementos que enfrian la comunicación: resultando más fácil tomar decisiones inhumanas y aceptar la autoridad de manera obediente, casi sumisa.

Resulta más fácil no empatizar con otra persona, mentir y reproducir cualquier discurso que haya sido dado por una autoridad (bien sea una autoridad moral o una autoridad intelectual).

Por lo tanto, no parece muy adecuado que una persona pueda declarar algo que otra persona haya dictado o que la distancia humana esté desde el punto de partida.

 

Diferentes competencias digitales, diferente eficacia comunicativa

Es cierto, esto ya ocurre también en cualquier tipo comunicación sin necesidad de que sea digital. El problema es que la brecha aumenta ya que la comunicación digital está mediada por tecnologías que, en primer lugar, no están al alcance de toda la ciudadanía y, en segundo lugar, su conocimiento y destreza varía dependiendo de variables sociales y laborales.

Es una anécdota muy repetida, pero no por ello pierde interés: el propio Richard Nixon admitió que perdió el debate electoral y probablemente las elecciones porque John F. Kennedy supo descifrar mejor los códigos de la Televisión (maquillaje, color, mirada…).

Hoy en día, aunque parezca increíble, no toda la ciudadanía tiene acceso a las tecnologías digitales y, por lo tanto, la destreza y el saber descifrar los códigos digitales también depende de la clase social. Es más, algo que la anécdota también revela, las personas de edad avanzada no se desenvolverán del mismo modo que la juventud.

Por lo tanto, no parece muy adecuado que una persona mayor de clase baja no pueda transmitir su mensaje, es decir, no pueda defenderse con las mismas oportunidades que otros ciudadanos.

 

¿Qué hacer con los juicios telemáticos?

Evidentemente, no es una respuesta que se sitúe dentro mi competencia o de mi conocimiento. Las ideas anteriores, por tanto, no son una crítica a los juicios telemáticos; son más bien unos apuntes básicos desde otra disciplina que pueden servir de ayuda para responder la cuestión.

Por supuesto, los juicios telemáticos son una gran herramienta para aquellas ocasiones en las que el desplazamiento sea costoso o resulte complicado.

La cuestión es si se deben popularizar, si los juicios telemáticos deben ser la tónica general. La comunicación digital nos dice que es prematuro:

  • Hay grandes lagunas comunicativas (bien sea por problemas tecnológicos o por desigualdades económicas).
  • Se corre el riesgo de que el emisor no pueda transmitir su mensaje como quisiera o que incluso no pueda ni transmitirlo.
  • Es más, se corre el riesgo de que dependiendo, por ejemplo, de la clase social o la edad se pueda comunicar un mensaje de manera más o menos efectiva.

Por todo ello, desde una perspectiva sociológica y comunicativa, y para salvaguardar los principios rectores de la Justicia, no cabe más que cuestionar y aportar otros elementos para la reflexión que se está dando en el sector legal.

Autor: Koldo Diaz Bizkarguenaga. Realizó su investigación Postdoctoral en University College London. Doctor en Sociología (estancias de investigación, entre otras, en University of Oxford), Master en Big Data & BI y finalizando Grado en Derecho. Trabaja como consultor tecnológico y Profesor en la UPV-EHU.

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