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Son útiles las prácticas de Derecho. 5 estudiantes nos cuentan su experiencia

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La forma de impartir docencia en las ciencias sociales y jurídicas está cambiando paulatinamente. Desde la instauración del Plan Bolonia, a las clases magistrales, cada vez más obsoletas, se le ha sumado la realización de prácticas dentro y fuera del aula que cuentan para nota.

La finalidad de todo este nuevo sistema y de la inclusión de prácticas en el aula es la interacción con el alumnado, pues se entiende que, para crear un pensamiento crítico, el alumno no debe escuchar pasivamente la explicación el profesor o profesora, sino participar en la clase de manera activa realizando preguntas o formulando reflexiones. Se trata del método norteamericano, en el que el alumnado es el gran protagonista y en el que se consiguen dinámicas positivas de atención, motivación y análisis en el desarrollo de la clase, además de una evaluación más completa de los conocimientos adquiridos. Esta motivación parte de dos razones principales: en primer lugar, el alumno no viene a “que le cuenten alguna cosa”, sino que viene “informado” porque ha estudiado a fondo lo que se va a tratar durante la clase, y, en segundo lugar, es consciente de la importancia de su participación: ésta va a ser evaluada por el profesor o profesora a cargo de la asignatura.

Es, precisamente, dentro de esa parte práctica de la asignatura en cuestión, donde se abre un amplio abanico de posibilidades para hacer más atractivos a los alumnos y alumnas la asignatura que están cursando. Sin embargo, respecto de esta dinámica innovadora en la docencia universitaria, los estudiantes tienen opiniones encontradas. En esta entrada os contamos la experiencia de 5 estudiantes de Derecho con las prácticas en el aula.

  • Silvia, estudiante de tercer curso del Grado en Derecho, nos cuenta que desconoce cómo se hacen las prácticas en otras universidades, pero que en la suya únicamente los profesores jóvenes se molestan en preparar prácticas realmente atractivas. En el resto de asignaturas que ha cursado, los profesores se limitan a remitirles sentencias y hacerles preguntas sobre esas sentencias.
  • Rubén, estudiante de cuarto curso del Grado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas, nos cuenta la gran diferencia entre las prácticas propuestas por los profesores de Derecho y por los de ADE: por un lado, mientras que los profesores de Derecho suelen mandar una o dos prácticas por cuatrimestre “para cumplir”, los profesores de ADE suelen hacerlas todas las semanas y sobre todos los temas del programa y, por otro lado, muchas prácticas de Derecho consisten en “copiar y pegar” mientras que en las de ADE hay que “pensar un poco más”.
  • Andrea, estudiante de segundo curso del Grado en Derecho, afirma que los profesores tienden a repetir las mismas prácticas año tras año, así que al iniciar el curso se encargó de pedir las respuestas a los compañeros de un curso más. “Se nota que los profesores de Derecho prefieren dar clase teórica a corregir cuestiones más prácticas”.
  • Carmen, estudiante de último curso de Derecho y Criminología, asegura que estas prácticas tienen más sentido en unas asignaturas que en otras. Habiendo casi acabado la carrera, nos cuenta que, en asignaturas como Derecho Procesal, para ver cómo se redactan escritos, contestaciones, etc. Estas prácticas tienen todo el sentido del mundo para poder aplicar la teoría. Sin embargo, en asignaturas como Derecho Romano no tiene sentido tener que dedicar tiempo de la asignatura a su realización.
  • Luis, estudiante de primer curso de Derecho, nos cuenta que acaba de “aterrizar” en la universidad y aún está entendiendo cómo funcionan las cosas. Hasta ahora ha cursado pocas asignaturas y en todas ellas las prácticas han consistido en la lectura de documentos o sentencias o la realización de esquemas. Nos dice que siente que al hacer esas prácticas pierde mucho tiempo que podría invertir en el estudio de las asignaturas y que con todos los plazos de entrega se agobia.

Como vemos, si bien el Plan Bolonia insta a la realización de prácticas dentro y fuera del aula y, además, en algunas asignaturas de Derecho tiene todo el sentido del mundo hacerlas, la realidad es que, como consecuencia de la desgana de algunos profesores a la hora de plantearlas, las prácticas que están pensadas para aumentar el conocimiento de los alumnos se transforman en una pérdida de tiempo. Por ello, es necesario que el profesorado se adapte a las exigencias educativas actuales y dedique algo de tiempo a elaborar prácticas que realmente aporten conocimiento práctico a los estudiantes.

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