Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta una empresa familiar es la sucesión generacional. La sucesión, no solo entendida desde el punto fiscal, se aborda desde múltiples puntos de vista como los económicos, patrimoniales y, evidentemente, familiares.
La figura que se busca en el sucesor es la de un perfil con unos comportamientos o formas de pensar y actuar que resulten relevantes y especialmente destinadas a la continuidad de la empresa de forma exitosa. Pero, ¿qué entendemos por éxito de la sucesión? Se puede abordar desde dos perspectivas distintas:
- Objetivamente, referido con el efecto de la sucesión en cuestiones de eficacia, resultados económicos, estrategia organizativa y de mercado…
- Subjetivamente, analizando las consecuencias que ha tenido la entrada de una nueva figura al frente del negocio como, por ejemplo, en lo referente al clima de los distintos accionistas o miembros del Consejo.
Partiendo desde el principio, la figura del predecesor y la actitud de este es clave en el transcurso de relevo generacional en el seno empresarial. Aunque, generalmente, es la excepción a la regla, un predecesor debe de superar las necesidades desproporcionadas de poder y control así como la pérdida de influencia e identidad, abandonando el sentimiento de desconfianza sobre la figura del sucesor, con la finalidad de ser un medio “un puente” que conecte la nueva generación con el hábitat de la empresa familiar para preparar, de buena fe y con directrices claras, al próximo miembro facilitando la continuidad de la empresa y del poder familiar al frente de la misma.
Centrándonos en el mundo jurídico, suele ser habitual que un padre jurista incite a su hijo/a cursar Derecho para que, una vez obtenido el título y habilitado para ejercer la profesión, tome la rienda del despacho fundado por su progenitor y continúe con su cartera de clientes. Pero ¿el hijo/a está de acuerdo con la perspectiva de futuro que tienen sus progenitores para él o ella? Compleja pregunta que conlleva una difícil respuesta.
La principal idea es que para el relevo generacional se produzca de manera exitosa, se debe de estar conforme con la decisión de adentrarte en el mundo del Derecho, debido a que es un mundo complejo que requiere sacrificio pero que, como punto positivo, te permite desarrollarte como persona.
De manera breve hemos abordado la figura paternal pero no podemos perder de vista a la siguiente generación. Esta es sometida a diferentes “pruebas de fuego o piedras” donde se ponen bajo lupa sus capacidades, tanto personales como profesionales, actitudes e incluso su estilo de vida. Dos pilares fundamentales en el desarrollo del sucesor hay que tener en cuenta, para que su perfil sea adecuado:
- Hard & soft skills, como la formación académica, la capacidad de liderazgo o experiencia profesional. Es evidente la necesidad de una formación académica en el sector objeto de la actividad empresarial (en un despacho es indudable una necesaria formación jurídica), pero también es importante la capacidad de organización y liderazgo puesto que se verá sometido a situaciones que requieran la toma de decisiones que afecten a todo el personal bajo su dirección. Es decir, una serie de capacidades que le permitan analizar y resolver los problemas complejos que recaen sobre él/ella. En lo referente a la experiencia laboral previa fuera de la influencia familiar, se valora de manera positiva ya que será juzgado con una mayor objetividad y le permitirá desarrollar confianza en si mismo.
- Su compromiso con la empresa y su actitud ante ella. Se entiende que los sucesores están comprometidos y tienen la voluntad de desarrollar una carrera profesional en la empresa familiar y de asumir las funciones de liderazgo en la misma. El compromiso está basado en lazos emocionales, en la implicación con la organización y con la finalidad empresarial para, así, conseguir los objetivos organizativos con un nivel de esfuerzo superior al que debe de ser. En el caso de un despacho de abogados, por ejemplo, especializado en materia medioambiental, el sucesor debe de estar en línea con los valores de la misma para así ser capaz de llevar asuntos de la misma índole y no perder la razón de ser del bufete y su insignia distintiva.
Como mera pincelada en lo referente al protocolo familiar y pactos sucesorios, es recomendable que se incluya en el mismo una cláusula en virtud de la cual se adoptaran las medidas legales necesarias (capitulaciones matrimoniales, estatutos, pactos entre accionistas, testamentos…) para asegurar el cumplimiento y la plena eficacia jurídica de los acuerdos alcanzados en el protocolo familiar y, en especial referencia, al relevo generacional, evitando así posteriores disputas entre familia como pueden ser cónyuges o hermanos.
En relación con esto último, la implicación de varios miembros de la familia supone un añadido de complejidad en el trámite de la sucesión generacional empresarial. El vinculo familiar entre hermanos puede verse en tensión debido a las rivalidades que se generan cuando varios hermanos están interesados en la sucesión de la empresa. Aunque esto sea lo más común, lo recomendable es que no se considere la mera existencia y posible rivalidad del otro como algo destructivo si no más bien enfocarlo como una posible vía de desarrollo común y punto de encuentro de valores y presunciones, siendo capaces de expresar y resolver sus necesidades y preferencias tanto a nivel individual como familiar.
Por ejemplo, la coexistencia de dos hermanos graduados en Derecho y con perspectivas de sucesión en el despacho familiar, de forma ideal, debería de ser un punto de encuentro para poder permitir una expansión del objeto empresarial. Es decir, cabría la especialización en diferentes ramas, para dar así una mayor cobertura en el bufete y reforzar y/o atraer mayor afluencia de clientes.
Tomar el relevo de una empresa familiar como vemos no es tarea fácil. Más allá de factores académicos, compromisos familiares o aptitudes de gobierno, se necesita paciencia y claridad en temas tan delicados. Otro punto clave es la comunicación interna entre padres e hijos, teniendo claros los límites y conociendo las ambiciones o voluntades de cada uno, porque no se debe de suponer o dar nada por sentado.
Si este es tu caso, termina de formarte y sigue buscando posibilidades de crecimiento profesional. Indaga en el blog sobre las diferentes salidas profesionales y diferentes artículos relacionados también con la gestión de despachos o las habilidades personales.
Mucho ánimo con todos tus proyectos personales.