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3 técnicas para una comunicación efectiva Abogado-Cliente

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Expertos recomiendan el uso de algunas técnicas para conseguir que la comunicación entre el Abogado y el cliente sea eficaz, efectiva, de manera que exista retroalimentación (feedback) en las comunicaciones entre ambos.

Entre estas técnicas, podemos mencionar las siguientes:

1.- Escucha activa

La escucha activa es una técnica muy recomendada a la hora de pasar consulta a los clientes, ya que esta herramienta implica que el Abogado sea empático, es decir, que entienda la situación que le cuenta su cliente y sea capaz de ponerse en su lugar para detectar con mayor precisión cuáles son los intereses que quiere hacer valer y, a partir de ahí, diseñar la estrategia de defensa más adecuada.

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Este método implica también la conveniencia de que el Letrado parafrasee lo dicho por su cliente, pues este simple gesto hará que el cliente se sienta escuchado y comprendido por su Abogado, lo que, sin duda, potenciará la confianza que necesariamente debe existir entre ambos.

2.- Inteligencia emocional

El que un Abogado sea emocionalmente inteligente se traduce en la capacidad de reconocer sus propias virtudes y defectos, pues esto le permite prestar un servicio de mejor calidad y, en consecuencia, potenciar la satisfacción del cliente.

Un Abogado debe ser siempre objetivo y honesto a la hora de emitir valoraciones sobre el asunto planteado por un cliente o potencial cliente, pues de nada vale que el profesional convenza al cliente de que todas sus pretensiones son posibles si la realidad es completamente opuesta, ya que esto solo conducirá a que, una vez se resuelva el asunto, el cliente acabe insatisfecho por el incumplimiento de las expectativas generadas por su Abogado.

Incluso en aquellos casos en los que el transcurso de los hechos no sea de gran ayuda para lograr las expectativas del cliente, es fundamental destacar emociones positivas para que la cooperación y la confianza entre el Abogado y el cliente no se vean dañadas o perjudicadas. En este sentido, conviene que el Abogado evite poner etiquetas, no solamente en cuanto a la postura de su cliente (como es lógico), sino también en cuanto a la postura de la parte contraria, pues esto potencia la profesionalidad del Abogado, lo que será percibido por el cliente.

3.- Gestión del tiempo

La organización en el trabajo diario de un Abogado resulta crucial para poder dedicar a cada asunto y a cada cliente el tiempo necesario. Así, por ejemplo, si un Abogado dedica una tarde completa a pasar consulta a los clientes, es fundamental realizar una estimación realista del tiempo que deberá emplear en cada una de esas consultas, con la finalidad de que los clientes posteriores no vean cómo la hora de su consulta se retrasa, con la consiguiente espera, y de que, al contrario, no queden espacios temporales vacíos entre consulta y consulta que no pueden ser aprovechados para otras tareas.

En este sentido, y cuando el tiempo apremie, es importante que el Abogado tenga capacidad de síntesis para resumir, de manera breve, los aspectos principales de la entrevista con su cliente, despejando dudas y aclarando y remarcando aquellas cuestiones que sean de utilidad para la defensa del caso.

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