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Olvídate de los nervios de un Examen en 10 sencillos pasos

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Está a punto de comenzar un nuevo curso académico y con él nuestras ganas de superarnos a nosotros mismos y sacar mejores notas (o al menos intentarlo). Una gran parte de esa nota depende del examen final de la asignatura, en el que nos jugamos aprobarla o suspenderla. Cuando llega el momento de enfrentarse a ese examen final, es normal ponerse nervioso porque, como hemos dicho, hay mucho en juego, más aún si no estamos hablando del examen final de una asignatura, sino, por ejemplo, del examen de acceso a la abogacía o de algún examen de oposición que te garantiza una plaza en la Administración Pública, tu futuro profesional.

En esta entrada te damos algunos pequeños consejos para sobrellevar los nervios que afloran al enfrentarse a un examen importante, y digo sobrellevarnos y no evitarlos, porque evitar esos nervios es imposible, dependen de la personalidad de cada uno, y si eres una persona nerviosa, al final, esos nervios se manifestarán de una u otra manera. Por eso, conociéndonos y sabiendo que cuando llegue el momento nos pondremos nerviosos, podremos tomar las medidas necesarias para que esos nervios no nos jueguen una mala pasada y tiren por la borda el estudio y el esfuerzo de los meses anteriores.

 

1. El primer consejo (y el más evidente) es estudiar a diario la materia y prepararla poco a poco para evitar el “atracón” de temas los días previos al examen. Lo ideal es reservar la semana antes del examen final para repasar los conocimientos adquiridos, no para memorizar nuevos conceptos.

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2. Los días inmediatamente anteriores al examen repasa lo que ya has aprendido, haz esquemas o guiones durante el estudio y repasa dichos esquemas para evitar que se te olvide lo más importante.

 

3. La tarde antes del examen es crucial, nuestra cabeza sabe que se acerca el examen y comienzan los nervios. Debido a esos nervios querremos estudiar a fondo toda la materia, pero tenemos que ayudar al cuerpo a relajarse. ¿Cómo? Si ya tienes toda la materia estudiada y repasada, la tarde antes sal a dar un paseo, queda con los amigos ve una película o escucha música. Nuestro cerebro tiene que estar descansado y desconectar de la presión. Esto no quita para que antes de dormir des un último repaso a los esquemas de la materia.

 

4. Cena bien y acuéstate temprano. Para que el cerebro pueda funcionar perfectamente en el examen, tiene que estar muy descansado. Si ves que ya la noche anterior te estás empezando a poner nervioso y te cuesta dormir, puedes optar por una infusión relajante (valeriana, por ejemplo), te ayudará a dormir bien el día antes del examen.

 

5. El día del examen, date una ducha al despertar para activar el cuerpo, y si sabes que eres de las personas que se pone nerviosa, evita tomar café, te alterará y los nervios se apoderarán de ti. Para despertarse es mejor optar por una ducha fresca.

 

6. Si el examen es a última hora de la mañana, o, incluso, por la tarde, puedes dar un último repaso a tus esquemas, esto te ayudará a ir un poco más seguro al examen. En cambio, si el examen es a primera hora de la mañana, evita repasar toda la materia justo antes de entrar por la puerta, te pondrá más nervioso. En esos 5 minutos no vas a aprender nada nuevo, lo que sabes está en tu cabeza, aunque tus nervios te hagan creer lo contrario.

 

7. Antes de entrar en el examen evita hablar con tus compañeros de posibles preguntas. Quizá salga en la conversación algún tema que no tenías en los apuntes y es mejor no saberlo para no entrar nervioso. Además, si algún compañero ha estudiado en exceso, puede hacerte creer que lo llevas mal cuando en realidad no es así. Siempre es mejor evitar comparaciones.

 

8. La ubicación en el aula también es importante, si tienes la posibilidad de elegirla. Trata de ponerte en alguna mesa alejada de tus compañeros, alejada de ruidos. Ver a tus compañeros rodeándote y escribiendo puede ponerte nervioso y hacer que te atasques en alguna pregunta, no porque no te la sepas, sino porque tu atención se ha desviado hacia el contexto que te rodea.

 

9. Si en el examen no os imponen un orden de respuesta, trata de responder primero a las preguntas que te sabes y deja las preguntas más dudosas para el final. Si el tiempo se agota, es mejor que dejes sin responder aquellas que no sabías.

 

10. Por último, a la hora de responder a una pregunta, lo ideal es reflejar el esquema o guion que te habías preparado en casa y que te sabes perfectamente. Esto te ayudará a completar el contenido con los detalles de la materia. Trata de escribir despacio y con buena letra, no vas a sacar mejor nota por acabar el primero y si se trata de un examen tipo test, no des muchas vueltas a las preguntas. Normalmente lo primero que contestas es lo que está bien. Leer demasiadas veces la pregunta nos puede hacer dudar sin motivo y puede llevarnos a cambiar la respuesta a una errónea.

 

Si sigues estos consejos, reducirás el agobio y los nervios propios de un examen, pero para tener éxito, además, debes estudiar a diario la materia. Si has estudiado, ¡seguro que irá bien!

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