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EMPLEO Y CARRERA PROFESIONAL

Soft skills. Habilidades blandas más demandadas en una entrevista de trabajo

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Las necesidades de los empleadores han cambiado, es una realidad a la que el perfil del recién graduado tiene que adaptarse.

Sin descuidar los conocimientos técnicos, que en el perfil de un buen abogado es un pilar importante, para el desempeño del ejercicio se deben de desarrollar ciertas habilidades humanas que facilitan la interacción con el cliente, con las partes e incluso en la vista.

Títulos, conocimientos, idiomas, son necesarios, pero todos podemos acceder y acabar aprendiendo estas competencias. Las soft skills se pueden definir como las aptitudes sociales, emocionales, resolutivas y de comportamiento que permiten desenvolverte mejor y obtener mejores resultados en cualquier situación. Las habilidades blandas o soft skills vienen a ser todas esas características que te hacen destacar con respecto al resto.  

De manera más clara, se busca un perfil profesional y humano completo.

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Un buen abogado tiene que ser empático y saber escuchar a su cliente, por lo que la habilidad comunicativa juega un papel principal en las habilidades blandas del mundo jurídico. La comunicación debe de jugar además con el trabajo en equipo, debido a la fuerte necesidad de cooperación entre los abogados de un mismo bufete (un caso puede versar sobre varias materias) e incluso con el liderazgo, si tratas con abogados más jóvenes o con estudiantes en prácticas, que verán en ti un ejemplo a seguir. Con la capacidad comunicativa entre abogado-cliente la habilidad persuasiva no se queda atrás, teniendo en cuenta que debes de guiar a tu cliente para convencerle de que lo que le estás proponiendo es lo que necesita.

Otro punto clave, pese a que prefieras ejercer en territorio nacional, es el enfoque internacional como consecuencia directa del mundo globalizado e interconectado en el que vivimos y en el que se desarrollan grandes operaciones de mercado. Es de suma importancia conocer el marco normativo europeo, pero más todavía tener una inquietud por conocer, entender y adaptarse a otros ambientes de trabajo y de vida: si tienes un cliente extranjero, aparte de la comunicación en su idioma o en un idioma internacional como es el inglés, hay que ser capaz de comprender qué es lo que le inquieta.

En relación con la globalización, el mundo del Derecho y el ejercicio de la abogacía no se queda atrás en el camino digital. Cada vez cobra más importancia la formación en nuevas tecnologías aplicada a la profesión. Con el manejo de aplicaciones ofimáticas (procesadores de textos, Excel etc…) se suma la interpretación y el correcto uso de las bases de datos legales siendo una herramienta de trabajo presente en el día a día que proporciona no solo doctrina y jurisprudencia, si no análisis de casos prácticos concretos, comentarios de actualidad jurídica e incluso modelos de redacción de demandas. Las Universidades ponen a disposición de los alumnos el acceso a diferentes bases de datos legales, por lo que puedes ir familiarizándote con las mismas.

Para formarse y no decaer en el intento, la resiliencia es el punto de unión entre las hard skills y las habilidades humanas porque siendo comprometidos con nosotros mismos, constantes y fuertes podemos lograr las metas que nos marquemos. La salud mental, en el punto de mira actual, no debe de abandonarse porque el rendimiento académico y laboral se verá afectado si no tenemos una buena salud. Los micro hábitos como mantenerse saludable, meditar o ser organizado terminan desembocando en una gran meta: si estás estudiando el Grado, no dejes todo para el final y construye una disciplina de trabajo: te ayudará a sacar el curso adelante con buenos resultados y, en un futuro, tendrás la habilidad de ser organizado y trabajador.

 

La inteligencia emocional aparece como un elemento crítico y sustrato esencial para desarrollar habilidades como las anteriores.

La formación en valores éticos cobra especial importancia en los procesos de selección, se valora la participación activa en actividades solidarias y de voluntariado porque denotan la personalidad del entrevistado y su afán por ayudar a los demás. Conocer la cultura general, desarrollar un pensamiento crítico, te posiciona en un buen escalón demostrando así tu inquietud por lo qué pasa en la sociedad, más allá de una oficina. Mostrar predisposición en aprender, pasar tiempo en equipo o colaborar en actividades extra curriculares se tendrá en cuenta en firmas donde cuenten con actividades de fomento de las relaciones laborales: como por ejemplo deporte, seminarios de salud mental, fundaciones solidarias etc…

La conclusión principal es que el sector de la abogacía necesita profesionales versátiles, con sólidos conocimientos jurídicos pero que no pierdan el interés por la actualidad y que, a su vez, se desarrollen como personas. Como hemos dicho, generalmente estas habilidades no se desarrollan en cursos, máster o en la propia universidad si no que se fomentan y evolucionan por iniciativa propia; buscando actividades que inciten a la oratoria como los grupos de debate, la organización y persistencia diaria, la participación en actividades sociales etc.

Depende de uno mismo, porque no se trata de superar un examen,  si no de el desarrollo personal en aptitudes que inciden en el mundo laboral y que se trabaja en el día a día.

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