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4 consejos sobre cómo mejorar la oratoria para Abogados

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– Conocimiento del asunto

El Abogado, antes que orador y comunicador, es Abogado, lo que implica que debe dedicar el tiempo necesario a cada asunto para conocer el transcurso de los hechos, los detalles relevantes que puedan servir para diseñar la estrategia de defensa, la documentación que considera necesaria para probar aquellas cuestiones que interesen a su cliente, etc.

En este sentido, una máxima que debe estar siempre presente es que el arte de la comunicación y de la oratoria nunca puede suplir la falta de conocimiento y preparación del asunto por parte del Abogado.

– Argumentación

La comunicación en el ámbito jurídico se caracteriza por la presencia del discurso argumentativo, con el que se pretende convencer o persuadir al Juez para que emita una resolución favorable a los intereses de nuestro cliente.

La argumentación consiste, entonces, en defender una idea mediante argumentos, lo que, traducido a la función del Abogado, consistiría en inducir, probar, refutar o ratificar lo relativo a los derechos e intereses de su cliente, con la finalidad de convencer al Juez.

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Por este motivo, es fundamental que el Letrado tenga una buena técnica argumentativa, pues, de lo contrario, no comunicará de manera eficaz el mensaje. Para ello, el Abogado puede valerse de distintos métodos:

  • La demostración (medios de prueba) de conceptos objetivos (hechos) y no de conceptos subjetivos (opiniones), a fin de alcanzar una conclusión que confirme la hipótesis que sostiene el Abogado.
  • La argumentación, interrelacionando causas y consecuencias, lo que, inevitablemente, va a determinar si se ha convencido o no al Juez.
  • La explicación, presente tanto en el momento de la demostración como en el momento de la argumentación, pues en todo momento el Abogado está defendiendo los mismos derechos e intereses de su cliente, de manera que necesita aportar explicaciones que sustenten su discurso argumentativo.

– Comunicación verbal y no verbal

Ambos tipos de comunicación están presentes en el ejercicio diario de la profesión del Abogado:

  • La comunicación verbal es la principal herramienta de trabajo del Abogado (escritos de reclamación extrajudicial, escritos procesales, entrevistas con clientes, comunicaciones con compañeros, actuación en sede judicial, etc.). En este ámbito, juegan un papel fundamental las expresiones empleadas, el volumen, la entonación, el ritmo, la claridad expositiva, la densidad de información y el orden y la estructura de exposición. Al hilo de la comunicación verbal, decía Ángel Osorio y Gallardo, en su libro “El alma de la toga”: “mientras otros tienen como elementos de expresión la aritmética, la química o el dibujo lineal, nosotros usamos la palabra escrita y hablada, es decir, la más noble, la más elevada y artística manifestación del pensamiento, […], la palabra cálida, diáfana, persuasiva, emotiva que ha de determinar la convicción, mover a la piedad, deponer el enojo o incitar a la concordia: la palabra con arte. Si el abogado no es orador y escritor, no es tal abogado”.
  • La comunicación no verbal reviste tanta o más importancia que la comunicación verbal, si bien habitualmente se deja en un segundo plano, lo que puede perjudicarnos sin ser conscientes de ello. En este sentido, es necesario cuidar la vestimenta; la actitud y las formas con la que el Abogado se dirige a los clientes, a los compañeros y a los operadores judiciales (Jueces, Magistrados, Letrados de la Administración de Justicia y demás funcionarios de la Administración de Justicia); la postura que adopta cuando interviene en sala; la gesticulación; el uso de objetos que puedan distraer la atención (como, por ejemplo, un bolígrafo mientras el Abogado está interrogando a un testigo, informando al Juez, etc.).

Para mejorar su comunicación verbal y no verbal, el Abogado puede consultar numerosos estudios y artículos que existen al respecto e incluso acudir a cursos y seminarios de oratoria y comunicación, en los que se pueden aprender técnicas y trucos para conseguir el fin pretendido en cada momento.

– Asistencia a los tribunales

Un Abogado está en continuo aprendizaje a lo largo de su carrera; aprendizaje que puede adquirir no solamente observando la evolución en el tiempo de sus intervenciones en sala, sino también como mero espectador de otros juicios y vistas en los que pueda analizar las técnicas de comunicación de otros compañeros.

Cuando el Abogado ha de intervenir en sala, debe recordar que la asertividad es su mejor aliado para conseguir su propósito, ya que no se trata atacar la postura o los intereses de la parte contraria, sino de hacer valer los derechos e intereses de su propio cliente, pero sin sobrepasarse, ya que una exposición exagerada terminaría produciendo el efecto contrario al que se buscaba.

En cualquier caso, el arte de la comunicación y la oratoria no es algo que únicamente puedan desarrollar aquellos que tienen un don para ello, sino que es algo que se hace, que se mejora y que se perfecciona con el paso del tiempo.

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