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OPOSICIONES

¿Pensando en Opositar? 10 preguntas y respuestas para principiantes

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Autor: Carlos Viader Castro

Nacido en 1986, cursó Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Complutense de Madrid, licenciándose en ambas en 2010. Comienza entonces la preparación de las oposiciones de Judicatura, las cuales aprobaría en abril de 2012.  Ingresa a continuación en la Escuela Judicial, incorporándose al servicio activo en 2014. Desde 2016, es titular del Juzgado de lo Penal 1 de Melilla.

Miembro del Comité Nacional de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria desde 2017, ha publicado en sus boletines y revistas, además es colaborador habitual en distintos portales jurídicos y medios de comunicación.

En este artículo trato de plantearos las preguntas más frecuentes que uno debe hacerse cuando piensa en comenzar a opositar, junto con unas respuestas que, desde la experiencia del opositor que he sido, os propongo. De todos modos, cada oposición, y cada opositor es un mundo, así que me limito a daros una pincelada general para tratar de orientaros en este duro camino. ¡Empezamos!

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Lo primero, ¿es mi camino opositar?

Existe un altísimo porcentaje de abandono en el estudio de las oposiciones, y la respuesta a ese fenómeno es que muchas personas se compran los temarios y emprenden el estudio sin estar realmente convencidas de lo que están haciendo. Las oposiciones no son para todos.

Para empezar, debes plantearte si quieres ser funcionario. En España, a casi todos nos han inculcado en nuestras familias que nos convirtamos en funcionarios, consiguiendo así una estabilidad económica de por vida. Sin embargo, ser funcionario no es la panacea para todo el mundo, tal vez tu camino sea ser emprendedor, y montar tu propia empresa; o trabajar de abogado o consultor en el sector privado, donde muchos ven una carrera profesional mucho más dinámica y vigorizante. También está el factor económico: en determinados sectores privados se puede llegar a ganar mucho más dinero que en el público. Si tu ambición es económica, tal vez el ámbito público no sea el tuyo, aunque siempre tendrás la posibilidad de aprobar, estar unos años en la Administración y pasarte al sector privado. En algunos sectores, como el de la Abogacía del Estado, el nivel de excedencia es elevadísimo.

Para seguir, debes analizar tu personalidad y tus capacidades: la oposición requiere sobre todo constancia, concentración, memoria, y, para algunas, también análisis numérico y contable. Si eres de los que se distrae fácilmente u odias memorizar, tal vez la oposición no sea tu camino.

¿Qué oposición elijo?

Las oposiciones se organizan por niveles dependiendo del grado de estudios que exijan. Por ejemplo, para acceder a unas oposiciones del Grupo A1 (las más duras), será necesario que estés en posesión de un grado o licenciatura, mientras que para acceder al cuerpo de funcionarios del Grupo C2 será suficiente con el Título de Graduado en ESO. Para algunas oposiciones, como Judicatura o Abogacía del Estado, es necesario que ese grado o licenciatura sea necesariamente en Derecho.

Es importante que te informes bien de los temarios y de las expectativas laborales de cada oposición. Acércate a sesiones informativas de academias que preparen oposiciones, y ponte en contacto con funcionarios que ya hayan aprobado la oposición que te planteas. Para eso, redes sociales como Twitter son muy útiles. Trata de hablar con funcionarios jóvenes (tienen la oposición reciente), pero también con los que no lo sean tanto, te podrán dar una perspectiva más completa de la carrera profesional en la que estés interesado. Es evidente, pero no está de más recordarlo: es esencial que te guste el trabajo que desempeñarás si apruebas.

Por último, sé consciente de tus fuertes y de tus debilidades: si eres bueno con los números, plantéate alguna oposición que lleve en el temario matemáticas, estadística o contabilidad (Inspección de Hacienda o Técnico Comercial y Economista del Estado). Si tienes una gran memoria y tienes facilidad de palabra, apuesta por Judicatura, Notarías o Registros. Si los nervios son tu problema, y te ves incapaz de “cantar” temas delante de un tribunal, opta por oposiciones que no cuenten con examen oral (Técnico de Hacienda, Policía Nacional, Gestor Procesal, etc.)

¿Preparo solo o por academia o preparador?

Si tus recursos económicos te lo permiten, lo mejor es que recurras a una academia o a un preparador, ya que te ayudarán a estructurarte el temario, te llevarán un control del estudio, y sentirás una presión constante que siempre es buena para estudiar y evitar relajarse demasiado. También podrán proporcionarte esquemas, temarios y actualizaciones que te ahorrarán mucho tiempo de trabajo.

A la hora de elegirlos, no se tratará tanto de conectar personalmente como de que se trate de personas competentes, que se tomen tu oposición tan en serio como tú. Pregúntales directamente su experiencia y su nivel de aprobados, e infórmate también a través de personas que ya hayan hecho uso de sus servicios.

¿Puedo opositar mientras trabajo?

Si quieres compatibilizar trabajo y oposición, aprobar no es imposible, pero es mucho más complicado, si bien siempre dependerá del nivel de exigencia de la oposición que elijas. Evidentemente, el tiempo que tardarás en aprobar será presumiblemente mayor que el de quien no tiene ninguna obligación más que estudiar, pero no serías el primero en conseguirlo. Analiza las oposiciones que hay, el número de temas que tiene cada una, los tipos de ejercicio que implican, tus capacidades y el tiempo del que dispones y adopta una decisión realista.

¿Hay alguna fórmula mágica para aprobar una oposición?

Ninguna fórmula garantiza el aprobado, pero sí hay una que te puede ayudar bastante. Los ingredientes son: constancia, esfuerzo, motivación, y REALISMO. Debes ser sincero contigo mismo en relación a tus capacidades, al tiempo real que le estás dedicando, y a si estás dando todo de ti o no. A estos factores que dependen de ti se unen otros que no: el número de plazas convocadas, la frecuencia de las convocatorias y el número de competidores. Cuanto más trabajes los primeros, menos te afectarán los segundos.

¿Cuántos años se tarda en aprobar una oposición?

Como decía al inicio del artículo, cada opositor es diferente y una misma oposición puede costarle a uno cinco años y a otro dos. Pero sí es cierto que existen estadísticas que te pueden ayudar a hacerte una idea. Por ejemplo, el Consejo General del Poder Judicial publica anualmente la media de tiempo de preparación de los recién aprobados de Judicatura, la cual obtiene mediante encuestas realizadas a los alumnos de la Escuela Judicial, ascendiendo en 2019 a 4 años y 8 meses. Pero ese dato no deja de ser eso, un dato: trata de aprobar en el menor tiempo posible, evitando relajarte porque la oposición que estudias, de media, se tarde mucho en aprobar.

¿Cuándo debo abandonar la oposición?

Se trata de una decisión dura y personalísima, pero que en ocasiones en necesario adoptar. Debes analizar si, en el tiempo que llevas estudiando, has aprobado alguno de los exámenes de la oposición, y, si no lo has hecho, por qué. Asimismo, a veces uno tarda más en aprobar debido a circunstancias ajenas a su propia voluntad, como por un escaso número de plazas, o por la falta de convocatorias, lo que ha ocurrido recientemente a consecuencia de la crisis económica. Por eso, más que en el número de años, debes pensar en el número de convocatorias que has firmado y el éxito que has obtenido en cada una de ellas. Ese será el dato realista que te guiará en tu decisión de abandonar o continuar.

¿Puedo presentarme a una oposición para la que no estoy preparándome? ¿Y cambiar de oposición?

Hay oposiciones con temarios parecidos, siendo también muy común que las oposiciones de niveles superiores contengan el temario de oposiciones de un nivel inferior. Por ejemplo, si estás estudiando para Inspección de Hacienda, no es ningún disparate que te presentes a Técnico de Hacienda. Hay numerosos casos de personas que han aprobado dos oposiciones casi simultáneamente: la del nivel superior y la del inferior. Ahora, cuidado con abarcar demasiado: siempre deberás tener clara cuál es la oposición que estás estudiando, presentándote a otras solo “por si acaso” o para entrenarte. Si cambias de oposición cada dos por tres no aprobarás ninguna.

En cuanto a cambiar de oposición, si ves que la que empezaste a preparar se te está haciendo demasiado dura, no hay convocatorias o el número de plazas es demasiado bajo, puede ser una buena opción, o bien a una de temario similar o bien de nivel inferior. Ahora, como apuntaba en el párrafo anterior, una vez te cambies, a muerte con la nueva. Y recuerda que, en algunos casos, si apruebas una de nivel inferior a la que inicialmente preparabas, podrás ascender mediante promoción interna, mucho más restringida que la convocatoria de acceso general.

Una vez apruebe la oposición ¿tendré que vivir fuera de mi ciudad?

A la hora de elegir oposición, este es un factor que debes tener muy en cuenta si tienes importantes inconvenientes para mudarte a otra localidad. Así, las probabilidades de que tengas que cambiar de ciudad dependerá de dos factores: la oposición elegida, y tu lugar de residencia. Así, por ejemplo, si eres catalán, no tendrás problemas en volver, lo que es aplicable a casi cualquier oposición. Ahora, si has aprobado Judicatura y eres madrileño, prepárate para estar muchos años fuera de tu casa. En materia de conciliación de vida personal y profesional, esta es una de las grandes limitaciones del funcionariado.

Y si no apruebo la oposición, ¿qué ocurre?

Casi siempre, el tiempo que uno pasa opositando es tiempo bien empleado. Habrás adquirido conocimientos y profundizado en los que ya tenías. Es por ello que las empresas privadas, lejos de despreciar ese tiempo, lo valoran. Asimismo, si no has aprobado la oposición, pero sí algunos de sus ejercicios, puedes acceder a una bolsa de interinos que, en ocasiones, te permite trabajar durante años.

Se os plantearán mil y una dudas más sobre opositar, por lo que no dudéis en informaros lo máximo que podáis antes de poneros a estudiar, utilizando todo tipo de medios. Una buena información de partida os ahorrará disgustos y decepciones que son fácilmente evitables. Así que, ¡ánimo y a por ello!

Autor: Carlos Viader Castro

Nacido en 1986, cursó Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Complutense de Madrid, licenciándose en ambas en 2010. Comienza entonces la preparación de las oposiciones de Judicatura, las cuales aprobaría en abril de 2012.  Ingresa a continuación en la Escuela Judicial, incorporándose al servicio activo en 2014. Actualmente titular del Juzgado de lo Penal 1 de Melilla desde 2016.

Miembro del Comité Nacional de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria desde 2017, ha publicado en sus boletines y revistas, además es colaborador habitual en distintos portales jurídicos y medios de comunicación.

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