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Compañerismo en la Abogacía: Un buen compañero, un tesoro

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Marta Montfort es Abogada penalista, especializada en violencia de género, familia y menores.

Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro y es muy cierto, pero si nos hacemos nuestra esta frase, puedo afirmar que quien tiene un BUEN compañero, tiene un GRAN tesoro.

En mis años de andadura en solitario por esta profesión, que es cuando más se valora el compañerismo, he conocido a muchos abogados y como en todas partes, hay de todo.

 

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¿Los buenos compañeros, nacen o se hacen?

Mi respuesta sería rotundamente, nacen, al fin y al cabo, nuestra forma de trabajar es un reflejo de nuestra personalidad.

En la facultad, ya vais a ver el caldo de cultivo que hay. El tipo de compañeros de estudios que tengáis, van a ser el tipo de compañeros de profesión que os vais a encontrar después.

Más adelante, conoceréis a mas compañeros en vuestro día a día (másteres, cursos, guardias, juicios, etc.), veréis como actúan y vais poder sacar vuestras propias conclusiones.

Los buenos compañeros son aquellos que te van a hacer la vida y la profesión un poco mas fácil, aquellos que te van a entender y te van a intentar solucionar las dudas que podáis tener y vas a tener una relación cordial con ellos.

Por ejemplo, te van a llamar para que les hagas una sustitución, para que les expliques algo o simplemente para saber tu opinión al respecto y también, porque no, os vais a poder convertir en abogado – cliente, por ejemplo, con algún tema propio o familiar delicado, donde tú no quieras involucrarte demasiado, ellos serán tus abogados y serán objetivos.

 

Compañeros, ¿siempre?

Siempre vais a ser compañeros de profesión, porque os dedicáis a lo mismo, pero no siempre de espíritu, es decir, muchas veces no habrá compañerismo.

Hay compañeros a los que les queda grande el titulo, solo les interesa trepar y siempre quedar por encima.

A este tipo de abogados, un día les vas a realizar una consulta y si te contestan, -porque la mayoría siempre tienen muchísimo trabajo (o eso dicen)-, la respuesta va a ser, seguramente, muy ambigua y dejando claro, según ellos, que saben más que tu, que están por encima y que tu no vas a poder hacer lo que tengas entre manos, porque no sabes.

Suelen ser abogados que trabajan en despachos de renombre o que son hijos de abogados y ya tienen el despacho montado y con cartera, antes de salir de la facultad o los siempre llamados “hijos de papá”, o que simple y llanamente se lo creen más que nadie y solo piensan en ellos mismos.

Obviamente, no todos van a ser así, y no hay que generalizar, pero es la tónica general de lo que yo me he encontrado.

Si os pasa algo así, pensad que siempre podéis hacer lo que os propongáis, por mucho que os digan. ¡Tenéis una carrera y sois capaces!

Compañerismo y amistad. ¿Es posible que los compañeros se puedan convertir en amigos? Desde mi experiencia os puedo decir que sí, que hay compañeros que son un bombón.

A estos les importas como persona y los vas a tener siempre a tu lado para echarte una mano con lo que sea. Yo personalmente he disfrutado mucho compartiendo temas legales con algún compañero, simplemente por considerarlos interesantes profesionalmente y sabiendo que los dos íbamos a aprender de ello.

Y por supuesto, no solo vas a poder quedar para tratar algún tema profesional, sino también, para ir a comer, ir de compras, o simplemente para charlar y pasar un buen rato, ¿por qué no?

 

¿Que conclusión podemos sacar?

Mi conclusión sería, que efectivamente hay muchos tipos de compañeros y con los años, vais a aprender a acercaros mas a unos que a otros.

Vais a ver mucha competencia, muchísima, pero dentro de esta jungla, donde suele imperar la ley del más fuerte, seguro que tenéis la suerte, de contar con alguien que os eche una mano cuando lo necesitéis. A estos, ¡cuidadlos, que merecen la pena!

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